La Unión Europea y América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de encontrar mayores complementación venciendo viejas asimetrías históricas, comerciales y sociales y de avanzar hacia una relación más equilibrada y equitativa, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en París.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas fue una de las oradoras principales de la reunión “Nuevas estrategias de cooperación para el desarrollo de la Unión Europea en América Latina y el Caribe”, organizada por la Fundación EU-LAC y el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con el apoyo del programa EUROsociAL de la Unión Europea.
En el encuentro, que fue inaugurado el lunes 30 de junio por Benita Ferrero-Waldner, Presidenta de la Fundación EU-LAC, y Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, participaron ministros de países latinoamericanos y autoridades de la Unión Europea, así como especialistas de agencias de cooperación internacionales.
Tras la crisis que comenzó en 2008, los problemas que ha debido enfrentar la zona euro han propiciado un estancamiento en la relación entre ambas regiones, según Bárcena. Sin embargo, la Unión Europea sigue siendo el principal cooperante, el mayor inversionista directo y el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, indicó.
“Por ello, es preciso fomentar un nuevo acercamiento entre los gobiernos, empresas y actores sociales de ambas regiones”, insistió la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
De acuerdo con Bárcena, una asociación más profunda entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea permitiría acelerar el crecimiento económico de la región, avanzar en el cambio estructural hacia sectores más intensivos en conocimiento, reducir la pobreza, aumentar la inclusión social y proteger el medio ambiente.
En sus intervenciones Alicia Bárcena destacó que pese a recientes progresos, América Latina y el Caribe sigue siendo la región con la peor distribución del ingreso en el mundo, a lo que se suman múltiples brechas que se refuerzan entre sí, entre ellas las brechas en desarrollo de capacidades, en inserción en el mundo del trabajo y en acceso a los sistemas de protección social, así como las brechas por territorio, género, etnia y generaciones y en el acceso al poder.
“Es necesario remodelar el modelo exportador de América Latina y el Caribe. La apertura es importante, pero no suficiente. ¿Qué pueden hacer los gobiernos? Fijarse más en la inversión y tener una política industrial deliberada que se preocupe también por la gobernanza de los recursos naturales”, señaló Bárcena.