La minera canadiense Barrick Gold alcanzó un entendimiento para negociar con las comunidades de indígenas diaguitas en el norte de Chile, que le permitirá eventualmente reanudar el proyecto aurífero Pascua Lama, actualmente paralizado, según informan fuentes del caso.
Se trata de un memorando de entendimiento con quince de las comunidades diaguitas que habitan el valle del Huasco, en la región de Atacama, que han librado una larga batalla judicial contra Barrick Gold acusando la destrucción de glaciares y contaminación de cursos de agua en la cordillera de los Andes, vitales para su subsistencia.
El proyecto, que abarca también territorio argentino, involucra una inversión de 8.500 millones de dólares, de los que se han concretado hasta ahora unos 5.000 millones, y la explotación de reservas probadas de 18 millones de onzas de oro y de 676 millones de onzas de plata.
La iniciativa permanece paralizada por resoluciones judiciales y de las autoridades medioambientales hasta que la empresa cumpla exigencias incluidas en su autorización ambiental, entre ellas la construcción de un sistema para el manejo de las aguas.
El memorando se negoció de forma paralela a acercamientos que la firma canadiense ha tenido con los ministerios de Minería y de Medio Ambiente, según señaló el diario La Tercera, que precisa que en esta primera etapa no se prevén compensaciones económicas de la empresa a las comunidades.
El acuerdo, según Lorenzo Soto, abogado de las comunidades, no supone un trato o diálogo, sino “la fase inicial de un proceso para acercar a las partes”, según dijo a la radio Bío-Bío.
El memorando tendrá una duración de seis meses, durante los cuales Barrick Gold entregará información sobre el proyecto y medidas de mitigación ambiental a las comunidades, que podrán verificarlas con sus propios expertos.
Si el resultado es positivo, se pasará a una etapa de diálogo que se prolongará por dos años, indico Soto, para quien el memorando es un hecho “inédito” en la relación entre empresas mineras y pueblos originarios.
“Los indígenas del norte de Chile van a tener por primera vez el control de una actividad minera y escanearla, revisarla completamente, para recién después de aquello iniciar un proceso de diálogo que eventualmente podría terminar en un arreglo definitivo para la materialización del proyecto”, subrayó el abogado.
Para el también abogado y antropólogo Alonso Barros, el acuerdo alcanzado es “un rayado de cancha” y no implica la renuncia de las acciones judiciales que mantienen las comunidades contra la empresa canadiense.
A su juicio, si como resultado del proceso se llega a un acuerdo para el pago de regalías a las comunidades, sería “una revolución en el sistema nacional”.
Para Lorenzo Soto, Barrick Gold “ha sido la peor empresa minera que ha conocido la historia de Chile, por su comportamiento y sus estándares”.