El ex-presidente Lula da Silva, que luchó por obtener el derecho de organizar el Mundial en Brasil tuvo que salir a la cancha política y criticó severamente este jueves la “virulencia” contra el torneo y afirmó que el país “está preparado” para recibirlo.
En una columna publicada en castellano y portugués en el diario español El País, Lula da Silva estimó que la Copa del Mundo se ha politizado de forma virulenta a raíz de las elecciones de octubre.
“Al irse aproximando las elecciones presidenciales de octubre los ataques contra ese acontecimiento se han ido tornando cada vez más sectarios e irracionales”, consideró.
En los comicios de octubre la presidenta Dilma Rousseff, su sucesora y heredera política, aspira a la reelección.
El gobierno enfrenta actualmente un escenario complejo con una renovada ola de manifestaciones contra el evento deportivo, una economía que crece a ritmo lento y llamados a la huelga y reivindicaciones de parte de varios sectores en todo el país.
“Parece que ciertos grupos confían en que la Copa sea un fracaso, como si sus posibilidades en las urnas fueran a beneficiarse de ello”, añadió el ex-mandatario.
En junio del año pasado en plena Copa Confederaciones, más de un millón de personas salió a la calle a protestar contra el Mundial y en demanda de mejores servicios públicos como salud o educación.
Este año las manifestaciones continuaron, aunque en general con menos convocatoria. Varias manifestaciones celebradas este jueves principalmente en Sao Paulo, Rio y Brasilia convocaron a menos de 10.000 personas en total.
Los manifestantes se oponen al gasto público en la Copa, de 11.000 millones de dólares. En paralelo, los reclamos de la FIFA han caído sobre Brasil por su demora en la construcción de las obras para el Mundial (12 de junio al 13 de julio) .
A menos de un mes de su arranque, cuatro estadios continúan en obras, incluido el recinto inaugural en Sao Paulo.
“El país está listo -dentro y fuera del campo de juego- para albergar una gran Copa del Mundo. Y así lo haremos”, afirmó Lula da Silva.
El ex mandatario - un ferviente hincha del club paulista Corinthians - recordó además que Brasil “apoyó con entusiasmo” en 2007 la noticia de que albergaría el Mundial-2014, y deploró las críticas de quienes dicen que es un evento sólo para países ricos.
Brasil organizó su primer Mundial en 1950, cuando cayó en esa dramática final ante Uruguay en el estadio Maracaná de Rio.
Hoy, Brasil “es un país muy diferente al que albergó la Copa del Mundo en 1950” , afirmó Lula da Silva, destacando los avances sociales de este gigante sudamericano, séptima economía del mundo aunque aún con enormes desigualdades entre ricos y pobres.