El ex presidente de Brasil y líder del Partido de los Trabajadores, Lula de Silva, pidió el martes que se ponga fin al chismorreo que lo apunta como posible candidato a las próximas elecciones, en caso de que persista la tendencia de caída de popularidad de su sucesora y aliada Dilma Rousseff, quien buscará un segundo mandato en octubre.
No soy candidato... Mi candidata es Dilma Rousseff, aseveró Lula en una rueda de prensa para blogueros realizada en el Instituto Lula, de San Pablo.
El ex mandatario sostuvo que Rousseff tiene competencia, todas las condiciones políticas y técnicas para hacer avanzar a Brasil y es, con gran ventaja, la mejor persona para ganar estas elecciones.
Los rumores sobre un posible ingreso de Lula a la disputa electoral de octubre volvieron a aumentar este fin de semana, después de que una encuesta revelara que el índice de preferencias de los electores por Rousseff bajó seis puntos porcentuales -del 44 al 38%- entre febrero y abril.
Según el Instituto Datafolha, pese al desgaste en el apoyo popular a la presidente del PT, todavía es suficiente para asegurarle la victoria sobre sus dos principales rivales -Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB)- y la reelección en la primera vuelta de los próximos comicios del mes de octubre.
El sondeo revela que el senador socialdemócrata recibiría hoy un 16% de los votos, mientras que Campos, ex gobernador de Pernambuco, tiene un 10% de las preferencias.
La investigación del Instituto Datafolha reveló, además, que la evaluación positiva del gobierno Rousseff cayó del 43 al 36% desde diciembre pasado, mientras que el índice de aprobación a su desempeño bajó del 56 al 51 por ciento.
La imagen positiva del gobierno de Rousseff sufrió varios sobresaltos el año pasado, cuando en el marco de las multitudinarias manifestaciones llegó a caer 17 puntos. Con el tiempo, la mandataria fue recuperándose, aunque aún tiene que superar el gran desafío que representa la celebración de la Copa del Mundo, que comenzará en junio de 2014.
Según la prensa brasileña, el desgaste de la presidente reavivó, en el seno del PT, el debate sobre una posible sustitución de Rousseff por Lula da Silva para asegurar que el partido izquierdista, que llegó al gobierno de Brasil en 2003, siga en el poder sin ser amenazado por políticos de oposición.