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“Testigo de buena fe” será el mediador en Venezuela, afirma Unasur

Sábado, 29 de marzo de 2014 - 05:22 UTC
Holguín, Patiño y Figuereido, serán los encargados de encontrar “el testigo de buena fe” para la mediación Holguín, Patiño y Figuereido, serán los encargados de encontrar “el testigo de buena fe” para la mediación

Un “testigo de buena fe” será el mediador entre el gobierno de Venezuela y la oposición, según el comunicado hecho público por la comisión de la Unasur, que durante 48 horas estuvo reunida en Caracas con las partes en conflicto.

 Los encargados de continuar las conversaciones para poner nombre y apellido al negociador son tres cancilleres: María Ángela Holguín (Colombia), Luiz Alberto Figueiredo (Brasil) y Ricardo Patiño (Ecuador).

Pero, pese al avance en la mediación, Nicolás Maduro advirtió en cadena nacional el jueves por la noche que no aceptaría “agenda previa” para la negociación con la oposición. “No acepto condiciones ni agendas previas, porque yo no las estoy poniendo”, dijo el presidente.

Además, se mostró abierto a recibir un mediador extranjero. “Si quieren que venga [Pietro] Parolin de testigo internacional, que venga... El que quiere paz va a dialogar así sea en el infierno”, señaló el presidente, en referencia al actual secretario de Estado vaticano y ex nuncio en Venezuela, que negoció con el chavismo para rebajar la tensión con la Iglesia antes de ser designado en su nuevo cargo por el Papa.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, había adelantado la “disposición” de Maduro, que de inmediato levantó tanto expectativas como suspicacias, dadas las exigencias opositoras para negociar: liberación de los jóvenes detenidos, del dirigente opositor Leopoldo López y de los alcaldes encarcelados, desarme de los paramilitares chavistas?

“Se avanzó mucho”, insistió Santos, pese a que se desconocían aún las condiciones que habría aceptado el Palacio de Miraflores.

El comunicado de la Unasur contiene un pequeño tirón de orejas para Maduro (“moderar el lenguaje”) y el reconocimiento de que los distintos sectores no apoyan la ruptura del orden democrático y sí apuestan por el respeto a los derechos humanos. Pero también censura “cualquier tentativa de ruptura del orden constitucional”, algo que el chavismo achaca continuamente a la oposición.

La primera condición aceptada públicamente por el chavismo, sugerida precisamente por Colombia, fue la creación de una oficina nacional de derechos humanos, que dependa directamente de Maduro. “El presidente inmediatamente aceptó”, dijo el vicepresidente Jorge Arreaza.

Fue la canciller colombiana quien más insistió en la necesidad del diálogo durante la reunión de la Unasur con los estudiantes, pese a que manifestaron su negativa por la represión del gobierno. “Yo nunca había visto algo así en el país”, sentenció Holguín.

“Para que exista diálogo sincero deben darse muestras claras de voluntad para investigar y sancionar todas las muertes ocurridas en las protestas”, destacó la ONG Provea, uno de los interlocutores de la delegación sudamericana durante sus 48 horas de estancia en la capital.

Las imágenes que estudiantes y ONG mostraron a la Unasur impactaron fuertemente. Según el líder universitario Juan Requesens, el canciller de Uruguay, Luis Almagro, tomó la palabra para mostrar su “repudio a toda forma de violencia”.

Alfredo Romero, director de Foro Penal Venezolano, destacó la postura del ministro del presidente José Mujica, que todavía rechina en Miraflores. “Fue contundente en cuanto a que hay que detener la violación de derechos humanos”, precisó. Y en cambio criticó la actitud del canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo: “Diría que hasta fue burlesco con nuestra situación y con la de los derechos humanos en Venezuela”.

A la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tampoco le gustó la actitud de Héctor Timerman. “Todos, menos el canciller argentino, mostraron la mejor disposición para colaborar con el diálogo”, dijo Julio Borges, coordinador de Primero Justicia.