La senadora Lily Pérez renunció este jueves al partido derechista Renovación Nacional, la formación del presidente de Chile Sebastián Piñera y se sumó a otros tres diputados electos que suspendieron su militancia por diferencias con la directiva. El desorden dentro de la derecha podría facilitar el camino para las reformas propuestas por la presidenta electa Michelle Bachelet.
Pérez, quien ejerció de vocera de campaña de la derrotada candidata presidencial Evelyn Matthei, denunció intolerancia, clasismo y fanatismo dentro de Renovación Nacional y acusó al partido de haber sido desleal con Piñera durante su mandato.
Para Pérez, RN debió haber sido el sustento ideológico y el mayor apoyo político del Gobierno; sin embargo, aseguró que se hizo todo lo contrario.
A dos meses de finalizar su mandato, Piñera aún no ha especificado si volverá a militar en RN.
Durante cuatro años, miembros de la directiva de RN y cercanos a ella se dedicaron a socavar mediante ataques y cuestionamientos permanentes, lo que generó un desdén de la militancia activa hacia nuestro gobierno y su presidente, dijo.
La salida de Pérez profundiza la crisis interna en Renovación Nacional, partido al que también renunciaron la semana pasada los tres diputados electos Karla Rubilar, Pedro Browne y Joaquín Godoy y con el que han mostrado incomodidad algunos de los ministros del actual gobierno.
Pese a suspender su militancia, los cuatro parlamentarios no renunciaron a sus escaños y mantendrán su actividad política alineados con el bloque derechista de La Alianza, con la intención de representar ideas más liberales.
Piñera, quien llevó a la derecha al Gobierno tras 20 años de Concertación, pertenecía a Renovación Nacional cuando fue elegido, pero por una cláusula interna del partido, debió renunciar formalmente a él cuando asumió como presidente.
Las renuncias no son el único problema. Tras la primera vuelta, en noviembre, Carlos Larraín, el presidente de la Renovación Nacional, partido perteneciente a la Alianza, dijo que había sido un error bajar la candidatura de Lawrence Golborne a las elecciones presidenciales en Chile, lo que significó, luego de la renuncia de Pablo Longueira (ganador de las primarias), la postulación de Matthei.
”Claro que fue un error. Si él (Golborne) tenía buenas posibilidades, estaba trabajando bien, insistió Larraín en diálogo con la emisora chilena Cooperativa. Estoy simplemente dejando constancia de que ha habido intermitencias en la conducción de la campaña y que eso dificulta mucho conducir una línea”, agregó.
Las críticas de un lado a otro dejaron sobre el tapete las fracturas y divisiones que afronta la derecha, que a partir de marzo del próximo año pasará a ser la oposición al gobierno de Bachelet. Por lo pronto, los roces parecieran no dar lugar al consenso y la mayor preocupación de la Alianza es qué sucederá con el bloque parlamentario, ya que podría no contar con la suficiente solidez para bloquear las reformas educacional, tributaria y constitucional que postula la ex mandataria y sobre las que la derecha ya se ha pronunciado en contra.