La zafra de trigo de Uruguay este año va a permitir una producción estimada en 1.532.796 toneladas, con un rinde promedio de 3.317 kg/ha en una superficie sembrada de 462 mil hectáreas, según informó la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Considerando que la demanda interna no alcanza al medio millón de toneladas, habrá un saldo exportable de un millón de toneladas, con buena calidad en esta oportunidad, de acuerdo a lo explicado.
En el marco de la encuesta agrícola Primavera 2013, se detectó que el área total sembrada con cultivos de invierno ascendió a 581 mil ha, superficie muy similar a la intención de siembra reportada por los productores en la encuesta de Invierno 2013.
La superficie con trigo está en un nivel similar al del año anterior; sin embargo la producción y el rendimiento resultaron muy superiores, debido a las condiciones más favorables que se dieron durante el ciclo del cultivo.
En cebada, con un área de 71,9 mil hectáreas, se estimó una producción de 252.371 toneladas y un rendimiento de 3.510 kg/ha. La superficie experimentó una caída del orden de 40% en relación a la campaña anterior. La siembra de este año fue la menor que registra el cultivo desde el año 2006, con la única excepción de la campaña de 2010/11.
Sin embargo el rendimiento medio es el más alto de las últimas ocho zafras.
La superficie de avena para grano –35,4 mil ha– experimentó un ligero aumento respecto al año precedente, con un rendimiento de 1.968 kg/ha y un pronóstico de producción de 69.672 toneladas.
Los otros cultivos de invierno mantienen sus áreas de siembra en los niveles habituales, se indicó, y dentro de los mismos la colza sigue siendo predominante. Se destacó, incluso, que la evolución de este cultivo seguirá siendo objeto de atención especial en las encuestas venideras. Se sembró colza en 11,7 mil ha con una producción de 18.102 toneladas y un rendimiento de 1.547 kg/ha.
La encuesta Primavera 2013 se llevó a cabo entre la última semana de noviembre y la primera quincena de diciembre. El final de la campaña de los cultivos de invierno estuvo caracterizado por frecuentes precipitaciones, lo que determinó un retraso en la cosecha.