Lamentablemente los sentimientos de los Isleños son muy duros contra el gobierno argentino, no contra la gente ni contra los ex-combatientes que son muy bienvenidos, dijo Grahaam Bound durante la entrevista con Infobae por video a propósito de su libro Fortaleza Malvinas, en el cual expone la posición de los habitantes de las Malvinas, la tercera pata del conflicto de soberanía entre Gran Bretaña y Argentina.
El proceso de restaurar la confianza de la gente de Malvinas hacia Argentina va a ser muy lento y a largo plazo pues la política de los gobiernos de Néstor Kirchner y de la Sra. Kirchner ha sido muy agresiva, y ha infundido un sentimiento de cohesión y unidad ante los intentos argentinos de aislar las Islas, presionando a Uruguay y Chile para que los barcos de los Isleños no recalen en esos puertos, agregó Graham, periodista de profesión y de larga trayectoria internacional que vive en Londres pero viaja regularmente a las Malvinas.
Precisamente con motivo de los treinta años de la guerra de Malvinas (1982) Graham retornó a las Islas para recopilar opiniones y sus conclusiones sobre que piensan los Isleños, que les aqueja, como ven el futuro, relaciones con Argentina, sus sentimientos, el nivel de vida, la bonanza petrolera que estaría a la vuelta de la esquina los cuales plasmó en el libro Fortaleza Malvinas en su edición en español el cual se puede acceder a través de BajaLibros.com, y sobre el cual fue entrevistado por el periodista Jorge Heili.
Graham nacido en 1957, y que estaba en las Islas durante el conflicto de 1982, recuerda dos momentos de la reciente historia en que había un enfoque positivo y pragmático del relacionamiento con Argentina: a partir de 1972 y hasta la guerra en que por un acuerdo entre el Reino Unido y Argentina, las comunicaciones eran con Comodoro Rivadaria (500 kilómetros), los chicos Isleños iban a los mejores colegios ingleses y se atendían en hospitales argentinos..
LADE, YPF y Gas del Estado tenían operaciones en las Malvinas, donde los habitantes cargaban combustible o utilizaban los barcos para trasladarse al continente. Llegaban los productos argentinos a las Islas, como recuerda Bound, quien entro otras cosas fue el fundador del único semanario de las Islas, el Penguin News.
Yo recuerdo aquellos días claramente; vivíamos con una pequeña comunidad de argentinos que vivían en Stanley -relata Bound-; vivíamos con un sentido de cooperación y coexistencia. Eran días donde podíamos hacer negocios, tener comercio y viajar a Buenos Aires sin problemas sin tener que disputar el tema de la soberanía dijo el periodista en la entrevista.
No todos los Isleños estaban de acuerdo, muchos emigraron pero funcionó hasta que estalló el conflicto armado, agregó Graham quien identificó la otra experiencia en los años noventa, bajo el gobierno de Carlos Menem (1989/1999) y el canciller Guido Di Tella.
Una notoria diferencia entre la política kirchnerista actual y la pragmática de Menem. El canciller Di Tella pensaba que lo más importante era restablecer la confianza con las islas, hicieron mucho, pero cuando llegó el presidente Kirchner, cambió todo, asegura Bound. Algunos en las Islas recuerdan a Di Tella con 'nostalgia', era una persona agradable y simpática.
En tiempos de Di Tella, tuvimos una buena relación. Evitamos la soberanía y acordamos diferir de modo que pudiéramos zanjar los asuntos de interés mutuo. Hicimos acuerdos pesqueros y petroleros y otras cosas. Todo aquello parece fantástico ahora, dice Richard Cockwell, un ex integrante de la Asamblea Legislativa de Malvinas citado en el libro de Graham. Di Tella logró lo virtualmente imposible y llegó a ser apreciado en las Malvinas enfatiza el escritor.
En la entrevista con Graham, Heili también invitó en Buenos Aires a un veterano de la guerra Estaban Tries quien abogó por recomponer los vínculos con los isleños.
Los Isleños también quieren tener relaciones de buen vecino con Argentina, aunque el proceso para restaurar la confianza y la paz será muy largo, dijo Graham. Restaurar a aquellos niveles mejores, positivos va a requerir mucha inteligencia, talento y paciencia porque las relaciones están realmente dañadas.
Hay que comprender que las Islas Malvinas se van a transformar en un pequeño país bastante rico, con una economía fuerte, y se han tornado en un pueblo confiado en sí mismos, es un aspecto que la agresiva política del gobierno argentina no hace sino alentar.
Aunque existe un sentimiento prevalente entre los Isleños que Argentina pueda intentar algo, no necesariamente una guerra o una invasión, pero se sienten amenazados económicamente por los intentos del gobierno kirchnerista de dejarlos bloquearlos, de cortar sus vínculos, históricos, con el continente.