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La inflación argentina pudo más: el polémico y odiado Moreno a Italia

Miércoles, 20 de noviembre de 2013 - 07:38 UTC
Moreno, por un tiempo niño mimado de Cristina,  haciendo despliegue de su poder Moreno, por un tiempo niño mimado de Cristina, haciendo despliegue de su poder

El funcionario más polémico, pero también más emblemático del quehacer político de la administración de la presidenta Cristina Fernández, Guillermo Moreno presentó este martes renuncia la cual fue aceptada de inmediato, efectiva el 2 de diciembre según informó el vocera de la Presidencia, Alfredo Scoccimarro.

 Moreno pasará ahora a desempeñarse como agregado económico en la embajada de la Argentina en Italia, indicó Scoccimarro.

La salida de Moreno se comunicó un día después de los cambios anunciados en el gabinete argentino, en el que se movieron las principales figuras del equipo económico. De hecho, la permanencia del secretario había sido cuestionada por la oposición y empresarios al hacer un primer balance de las modificaciones.

Moreno ocupa la Secretaría de Comercio Interior desde 2005. Con el correr de los años fue ganando influencia dentro del kirchnerismo hasta controlar áreas clave de la economía, entre ellas el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), cuyas mediciones son con frecuencia denunciadas como falsas por partidos anti-kirchneristas y hasta por propios empleados del organismo.

Su obsesión por controlar las estadísticas lo llevó a mantener disputas judiciales con consultoras privadas, que registraban índices distintos de los que difundía el Gobierno. De hecho la última aparición pública que tuvo fue cuando acudió a Tribunales para defenderse en la apelación que presentó su defensa por el procesamiento que le valieron las multas y sanciones que aplicó a algunas de esas empresas.

La pelea con las consultoras fue apenas una de las numerosas controversias que rodearon a Moreno durante su gestión, en la que manejó con rigor la relación con el empresariado, al punto de ganarse calificativos de “patotero” o “prepotente”.

Entre las medidas auspiciadas con mayor vehemencia por Moreno figuran la inspección exhaustiva de las exportaciones, el cepo cambiario, las restricciones a las importaciones, el control de precios a supermercados y la elaboración de canastas de productos de primera necesidad con valores que muchos consideraron que no se cumplían. Además, negó en todo momento la inflación que medían entidades privadas.

Algunos de los hechos más polémicos del secretario estuvieron relacionados con la participación que tuvo en representación del Estado en las asambleas de Papel Prensa y el Grupo Clarín. También en distintos encuentros con empresarios, a los que presionó con distintas metodologías.

Empero si bien su remoción ha sido bien recibida no queda del todo claro el momento y oportunidad elegidos para el recambio que marca el fin de una época de abusos, quizá también algo pintoresca por los argumentos utilizados por Moreno en apoyo de sus decisiones y cerrada fidelidad a los Kirchner.

Si bien Moreno estuvo lejos de cumplir con los cometidos que se le encomendó como el control de la inflación y la disparada del dólar, en el mundo surrealista de verdades y medias verdades de la presidenta argentina fue un albañil eficiente en guardar esa forma.

Categorías: Economía, Política, Argentina.