El presidente uruguayo Jose Mujica viaja este viernes a Brasilia para reunirse con su par brasileña Dilma Rousseff para abordar una larga agenda, entre los cuales destaca el tema Mercosur y la próxima ronda de negociaciones con la Unión Europea, a la vez que los problemas de Uruguay con Argentina.
Los cancilleres Luis Almagro y Luiz Alberto Figueiredo anunciaron que sus respectivos países tienen listas sus propuestas de ofertas arancelarias para un tratado de libre comercio y cooperación entre el Mercosur y la UE y la firme intención del bloque de presentarlas en diciembre a sus interlocutores europeos. Negociaciones que se iniciaron in 1999 pero que por distintas razones se han ido suspendiendo y vuelto a reiniciar, la última vez en 2010.
El viaje había sido programado el 21 de octubre cuando visitó Montevideo el nuevo canciller de Brasil Luiz Alberto Figueiredo, pero aún no tenía fecha.
Paraguay también ha indicado que ya ha definido su propia oferta, que los tres países deben poner en común junto con Argentina, el miembro del bloque sudamericano que estaría más atrasado en la materia, antes de hacerla llegar a los negociadores de la UE. El último llegado al Mercosur, Venezuela, no participa de las negociaciones para un TLC.
Otros temas que abordarían los mandatarios abarcan desde el retiro de las tropas que integran la misión de paz de la ONU en Haití hasta la complementación productiva en varios rubros que viene avanzando aceleradamente como ser la industria naval y el desarrollo de energía eólica.
Mujica dijo la semana pasada que planea retirar las tropas uruguayas que integran la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah)-que comanda Brasil- debido a factores de estancamiento político de la sociedad haitiana como el no cumplimiento del cronograma democrático.
Pero sin lugar a dudas aunque no figure específicamente, la presidenta de Brasil escuchará los planteos y variopinta suerte que ha tenido Mujica con la presidenta argentina Cristina Fernández en plena convalecencia, respecto a asuntos portuarios, comerciales y de interés bilateral.
En efecto si bien Argentina niega, como represalia por un aumento en el tonelaje de producción anual de la planta de pulpa de papel, Botnia/UPM autorizado por el gobierno uruguayo, las exportaciones uruguayas al vecino país se han visto demoradas, (cuando no canceladas), con una mayor intensidad desde entonces a lo cual se ha agregado complicaciones en materia portuaria.
Argentina invocando un tratado marítimo en el marco de Mercosur, firmado con Brasil pero no con Uruguay, impide el trasbordo de mercaderías argentinas por intermedio del puerto de Montevideo, un negocio que se estima en unos cien millones de dólares al año.
A eso se agrega la aplicación a rajatabla de disposiciones que limitan seriamente el transporte de cargas entre Paraguay y el puerto uruguayo de Nueva Palmira. Las barcazas que son remolcadas a lo largo del río Paraná han visto sus costos por lo menos duplicarse debido a esas medidas.
Argentina ha objetado la instalación de la planta uruguaya de pulpa de papel en Fray Bentos frente a la provincia de Entre Ríos desde su misma concepción hace ya más de ocho años. Desde entonces ha sido motivo permanente de choques y disputas entre los países vecinos.