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América Latina se convirtió en la región más urbanizada y desigual del mundo

Viernes, 26 de marzo de 2010 - 09:08 UTC
El documento señala que el 20% de los más opulentos acapara el 56,9% de los ingresos.
El documento señala que el 20% de los más opulentos acapara el 56,9% de los ingresos.

América Latina se convirtió en la región más urbanizada y desigual del mundo y sus ciudades perpetuaron el modelo de inequidad nacido en la época colonial, indicó un informe divulgado por ONU-Hábitat.

El 80% de la población latinoamericana vive en ciudades, el doble que en los años cincuenta, y la pobreza no ha parado de crecer y ya afecta a 127 millones de personas, el 29% de la población urbana, según lo divulgado en el V Foro Urbano Mundial de la ONU, en Río de Janeiro.

La directora de ONU-Hábitat para América Latina, Cecilia Martínez, consideró que el proceso de urbanización ha sido “positivo” en la región, porque ha dado “oportunidades” a la gente y porque las condiciones de vida en las ciudades son “mejores” que en el campo. “Es una cuestión de desarrollo económico. Las ciudades dieron alternativas de vida a muchas personas”, dijo la directiva de la ONU.

Según el informe, la pobreza es un problema mucho más grave en las ciudades menores y en las áreas rurales, como en el caso de Perú, donde la miseria afecta al 69,3% de la población rural, o el de Brasil (50,1%), Colombia (50,5%) y México (40,1%).

En cambio, Martínez subrayó que los beneficios del proceso de urbanización han sido “muy relativos” puesto que, en el ámbito de la ciudad, se han perpetuado y acentuado las desigualdades entre ricos y pobres.

El documento señala que el 20% de los más opulentos acapara el 56,9% de los ingresos, mientras que la misma proporción de los más pobres recibe apenas un 3,5% del pastel de la riqueza.

Estos datos confirman a América Latina como la región más desigual del mundo, con una brecha más amplia entre los más ricos y los más pobres.

Brasil es el país menos equitativo de la región puesto que la mitad de la riqueza nacional está en manos del 10% de los más adinerados, mientras que los más pobres ganan apenas un 0,8%.

En prácticamente todos los países del subcontinente el 40% de la riqueza o más pertenece a un décimo de la población y en todos ellos, se registran peores tasas de reparto de los ingresos que en regiones como el este de Europa o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En las últimas dos décadas, el índice Gini, que mide las desigualdades en una escala de cero a uno, ha mejorado en América Latina en un promedio de apenas 0,03 puntos, pasando de 0,55 en 1990 a 0,52 según los últimos datos disponibles, de 2008.

El único país que registró una “notable” reducción de las desigualdades, según el documento, fue Venezuela, que mejoró nueve centésimas, registrando en 2008 un índice Gini del 0,41