Era martes 25 de mayo de 1982, fiesta patria en Argentina, y en plena guerra de las Falklands/Malvinas se hacía necesario un golpe de gracia a la Fuerza de Tareas británica, la cual a pesar de la pérdida de varias naves de guerra, había logrado desembarcar en San Carlos sobre el estrecho que divide a las dos islas mayores del archipiélago y se había hecho fuerte en tres playas.
Cinco aviones de guerra fabricados en Francia que Argentina compró durante el mandato del presidente Mauricio Macri por 14 millones de dólares nunca han levantado vuelo, por lo que los políticos de Juntos por el Cambio (JxC) y el Fente de Todos (FdT) ahora se culpan mutuamente.