Por Henrique Capriles (*) Todos somos Venezuela
Durante los últimos meses, Venezuela fue noticia en el mundo por la crisis económica, social y política que atraviesa.
Tras confirmar que hay 21 muertos por las protestas en Venezuela, la defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, eligió palabras poco felices para referirse a las investigaciones que está llevando a cabo por las 44 denuncias de torturas contra las personas detenidas durante las manifestaciones opositoras, que comenzaron a inicios de febrero en toda Venezuela.
Tres miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), policía militarizada) de Venezuela han sido imputados en Carabobo por golpear a once jóvenes, entre ellos el hispano-venezolano Juan Manuel Carrasco, quien denunció haber sido violado con un fusil.
Venezuela vive desde hace tres semanas marchas de protesta de estudiantes, que han derivado en algunos puntos en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y grupos que protestan contra las políticas del Gobierno, con un saldo de diez muertos, decenas de heridos y detenidos.
El presidente de Petróleos de Venezuela, PDVSA aseguró en su cuenta de Twitter que bloqueará el expendio de gasolina en las zonas asediadas por los fascistas, como llaman desde el Gobierno a las movilizaciones antichavistas. Esto se suma a la escasez de alimentos, los cortes de luz y el bloqueo de internet en varias áreas del país.
El ministro de Interior venezolano Miguel Rodríguez Torres ordenó el envío de paracaidistas a la cuna de las manifestaciones estudiantiles en Táchira porque detectó misiones paramilitares según divulgó la prensa oficial. Empero los habitantes salieron a las calles y denunciaron los vuelos con cacerolazos, ya que el Gobierno les bloqueó internet.