Tras el anuncio el jueves de que el director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés, dejaría de encargarse de las negociaciones entre el organismo crediticio mundial y el Gobierno de Argentina, hubo sentimientos encontrados este en Casa Rosada. En primer lugar, fue una victoria diplomática para el presidente Javier Milei, quien había hablado en repetidas ocasiones de la supuesta animosidad de Valdés contra Buenos Aires.