Brasil ha desplegado 150.000 agentes para custodiar la Copa del Mundo, el mayor número de efectivos ocupados en seguridad de la historia de estos eventos, incluyendo un dispositivo de 70.000 miembros del Ejército.
Las Fuerzas Armadas brasileñas dejaron trascender sus reservas ante el pedido del gobierno de Río de Janeiro para que ocupen las favelas donde recrudecieron los ataques del narcotráfico contra las bases de la policía, informó la prensa local.