A pesar de ser la defensora del título, Sudáfrica llegó a la final de la Copa del Mundo de Rugby del sábado contra Nueva Zelanda en el Stade de France de París como no favorita, tras haber derrotado por última vez a los All Blacks en 1999. Sin embargo, una ajustada victoria por 12-11 otorgó a los Springboks su cuarto trofeo, tras los conseguidos en 1995, 2007 y 2019.