A partir del 1 de enero de 2027, todos los autobuses nuevos incorporados al sistema de transporte público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) deberán funcionar con gas natural comprimido (GNC) o electricidad. Los vehículos que funcionen con estos combustibles alternativos recibirán mayores subsidios para incentivar su adopción. Por otra parte, las unidades diésel convencionales podrán seguir operando hasta alcanzar su tiempo máximo de servicio.