Nicaragua vive una oleada de violentas protestas desatadas por la decisión del gobierno del presidente Daniel Ortega, y de su esposa y vice-presidente Rosario Murillo, de reformar el quebrado sistema de pensiones con un aumento de contribuciones obreras y patronales. Las manifestaciones, que comenzaron el pasado miércoles y han dejado al menos 10 muertos, según datos del Gobierno, mientras que organismos humanitarios aseguraron que ya son 27 las víctimas mortales.