La mitad de los brasileños reprueba la gestión del presidente Jair Bolsonaro frente al coronavirus y sólo un 27% la aprueba, en tanto el país registró el viernes por cuarto día consecutivo más de 1.000 muertes diarias y en el acumulado ya es el quinto país del mundo, por sobre España.
El 73% de la sociedad civil brasileña apoya la cuarentena temporaria con aislamiento forzado para frenar el coronavirus, si bien el gobierno de Jair Bolsonaro aún no considera la pandemia -como un problema serio, reveló una encuesta divulgada el domingo por la empresa Datafolha.
Una amplia mayoría de brasileños, 65%, tiene confianza que el gobierno de Jair Mesías Bolsonaro será excelente o bueno, de acuerdo con una encuesta realizada por Datafolha. A su vez un 17% que será regular, un 12 % que será mala y un 6 % dijo no tener una posición al respecto.
El candidato de extrema derecha a la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro derrotaría a su rival de izquierda Fernando Haddad en una esperada segunda vuelta de las elecciones de este mes, mostró el martes un sondeo de Datafolha. En la simulación de un balotaje, la encuesta arrojó que Bolsonaro obtendría un 44% de respaldo, superando al 42% de Haddad, pero dentro del margen de error de la consulta.
El candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, quien permanece en cuidados intensivos tras ser apuñalado, mantuvo su liderazgo de cara a la primera vuelta de la elección presidencial en Brasil en un sondeo divulgado el viernes, pero el apoyo a su rival del Partido de los Trabajadores (PT) tuvo un sólido avance.
Los mercados de Brasil cerraron con fuertes pérdidas este martes porque los inversores reaccionaron a un avance de los candidatos de izquierda a la presidencia en un sondeo reciente.
El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción, continúa como favorito para las elecciones presidenciales de octubre próximo, según una encuesta. De acuerdo con el sondeo de la firma Datafolha, publicada por el periódico Folha de Sao Paulo, Lula (2003-2010) tiene el 30% de la intención de voto de los brasileños, a pesar de cumplir una pena de 12 años por corrupción y lavado de dinero que lo inhabilita electoralmente por haber sido condenado por un tribunal colegiado en segunda instancia.