El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el lunes que el subsidio estatal a la gasolina nacional, considerada la más barata del mundo, se mantendrá solo para quienes registren sus datos en el gubernamental Censo de Transporte, que la oposición califica como una medida de control social y político.
Es paradójico que en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo haya escasez de gasolina. Claro está, Venezuela no produce la gasolina como tal, sino que vende el pesado crudo venezolano e importa la gasolina, de forma que con las sanciones impuestas por diversas naciones y la propia crisis que sufre una PDVSA en default parcial –que según los sindicatos funciona aproximadamente al 13% de su capacidad– complican el problema.