
Los casos de los uruguayos Pablo Cánepa, de 39 años, y Beatriz Gelós, de 71, han acaparado la atención pública tras la promulgación de la llamada Ley de la Muerte Digna (o Ley de Eutanasia). Ambos padecen enfermedades irreversibles y han manifestado su intención de acogerse a este procedimiento una vez que esté regulado. Sus casos incluso se mencionaron en el debate parlamentario que condujo a la reforma.