A 28 días de que comience el Mundial de Fútbol 2014, Brasil vivió este jueves una nueva jornada de protestas contra los altos gastos del torneo y en demanda de mejores servicios sociales. Varios enfrentamientos con la policía fueron registrados así como barricadas, quema de cubiertas y bloqueo de importantes arterias al tránsito citadino.
En medio de una ola de protestas y adversas encuestas de opinión pública, la presidente brasileña Dilma Rousseff visitó el aún inconcluso Estadio Arena del Corinthians cuando faltan 35 días para el inicio de la Copa del Mundo.
El ex presidente de Brasil Lula da Silva, expresó su confianza en que el seleccionado de su país gane por sexta vez el Mundial y admitió que alienta para que no se repita un Maracanazo como el de 1950, cuando Uruguay obtuvo la Copa, ya que de suceder nuevamente habrá protestas.
El ministro de Deportes de Brasil Aldo Rebelo, escribió un artículo que circuló en varios periódicos con el objetivo de marcar los beneficios que traerá organizar el evento. Inyectará a la economía 46.666,7 millones de dólares, afirmó