En el primer semestre de 2025, las ventas de vehículos eléctricos en Uruguay superaron las 5.000 unidades, un incremento interanual del 124% Uruguay se ha consolidado como líder indiscutible en la adopción de vehículos eléctricos (VE) en Latinoamérica, alcanzando una notable penetración de mercado del 27,97% en el tercer trimestre de 2025, según informó el Observatorio Latinoamericano de Cero Emisiones (ZEMO). El país sudamericano supera con creces a su competidor más cercano (Costa Rica, con un 16,26%).
El mercado regional de VE experimentó un crecimiento sustancial, con un aumento interanual del 55% en las ventas en el tercer trimestre de 2025. Sin embargo, se observó una enorme disparidad en la adopción de la nueva tecnología.
Las cuotas de mercado de Uruguay y Costa Rica son al menos 100 veces superiores a las de los países rezagados de la región, en particular Argentina y El Salvador.
Mientras que Brasil y México lideran el continente en volumen total de ventas debido a su enorme mercado, países más pequeños como Colombia, Uruguay y Costa Rica les siguen de cerca en volumen, según detectó también la encuesta de ZEMO.
Además, SEG Ingeniería, basándose en datos de la Asociación Uruguaya de Gremios Automotrices (ACAU), descubrió que uno de cada cuatro vehículos livianos vendidos en el país durante el tercer trimestre de 2025 fue totalmente eléctrico, triplicando así las ventas interanuales.
En el otro extremo del espectro, Argentina ostenta la dudosa distinción de ser el único mercado mediano con una electrificación mínima, manteniéndose por debajo de las 1000 ventas trimestrales. Este desempeño se sitúa por debajo incluso de economías mucho más pequeñas como Ecuador, que ha superado esa cifra.
El crecimiento explosivo alertó a los analistas de la industria, ya que el sector teme un posible cuello de botella en la infraestructura de carga, debido a la insuficiencia de puntos de recarga públicos para dar cabida a la creciente flota de vehículos eléctricos.
El liderazgo de Uruguay y Costa Rica, sumado al aumento general de las ventas regionales, señala un momento crucial para la transición energética de América Latina, incluso cuando la infraestructura y los mercados medianos tienen dificultades para seguir el ritmo.