El ministro de Integración y Desarrollo Regional, Waldez Góes, declaró este domingo que aún no era posible cuantificar los daños en Rio Bonito do Iguaçu Las autoridades del estado de Paraná, en el sur de Brasil, declararon el estado de emergencia pública en el municipio de Rio Bonito do Iguaçu tras el catastrófico tornado que azotó la zona la noche del viernes, dejando seis muertos y una destrucción generalizada.
La poderosa tormenta devastó casi el 90% de Río Bonito do Iguaçu, donde se registraron cinco de las víctimas mortales. Se reportó una sexta muerte en la zona rural de Guarapuava. En total, el tornado y las severas condiciones climáticas que lo acompañaron dejaron al menos seis muertos, más de 750 heridos y aproximadamente 10.000 desplazados en 14 municipios cercanos a la frontera con Argentina. Las operaciones de rescate continúan, con más de 50 bomberos buscando a una persona que permanece desaparecida.
A video shows the moment a massive tornado tore through Rio Bonito do Iguaçu, Paraná, Brazil, killing at least five people and injuring more than 430.
— Weather Monitor (@WeatherMonitors) November 8, 2025
November 07. 2025 pic.twitter.com/Sa4FWjkNqs
El tornado fue clasificado preliminarmente como F2 en la escala Fujita, lo que indica vientos de entre 180 y 250 km/h, aunque en algunas zonas se pudieron haber registrado ráfagas superiores a los 250 km/h. Los daños a la infraestructura son extensos: más de 250 postes de luz y tres torres de alta tensión colapsaron, dejando sin electricidad a aproximadamente el 75% de los clientes de la compañía eléctrica Copel. El principal sistema estatal de saneamiento colapsó, lo que obligó a las autoridades a implementar un plan de emergencia para garantizar el acceso al agua potable, ya que los daños generalizados incluyeron el derrumbe de techos y estructuras. Los residentes se despertaron el sábado por la mañana para limpiar escombros y pertenencias dispersas.
El gobernador Carlos Massa Ratinho Júnior visitó la zona el sábado para evaluar los daños. Decretó tres días de duelo oficial y anunció la formación de un grupo de trabajo dedicado a la reconstrucción de viviendas. El Examen Nacional de Bachillerato (Enem), programado para el domingo en la localidad afectada, fue suspendido.
El gobierno federal movilizó de inmediato recursos, enviando equipos de los Ministerios de Salud e Integración Regional y Desarrollo, así como técnicos de la Defensa Civil Nacional.
El desastre natural en Paraná coincide con la próxima conferencia mundial sobre el clima COP30, que Brasil presidirá a partir del lunes en Belém. Expertos ambientales sostienen que la tragedia pone de relieve la urgente necesidad de una acción global concreta contra el cambio climático.
Carlos Rittl, director global de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, afirmó que el tornado forma parte de un patrón global de desastres cada vez más frecuentes e intensos y de una era de extremos.
Este proceso debe dar respuestas a las víctimas de Paraná, a las familias que sufrieron pérdidas en Jamaica debido al huracán más fuerte jamás registrado allí, y a todas las comunidades afectadas por eventos extremos, insistió Rittl. Identificó prioridades clave para la próxima presidencia de la COP30: acuerdos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y triplicar la financiación internacional para la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo vulnerables. También subrayó la necesidad de planes locales para identificar y tomar medidas preventivas contra eventos extremos como tornados, lluvias torrenciales y sequías.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su solidaridad con las familias de las víctimas en la localidad de 14.000 habitantes, ubicada a 400 kilómetros de Curitiba. Lula anunció que un equipo liderado por la ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, y el ministro interino de Salud, Adriano Massuda, junto con técnicos de Protección Civil, sería enviado a la región.
El ministro de Integración y Desarrollo Regional, Waldez Góes, declaró este domingo que aún no era posible cuantificar todos los daños causados por el tornado en Rio Bonito do Iguaçu y en al menos otras 11 ciudades de la región centro-sur de Paraná, luego de que funcionarios del gobierno federal visitaran zonas urbanas y rurales para evaluar la magnitud del desastre. Góes afirmó que era momento de solidaridad y acción para ayudar a la población y restablecer los servicios públicos y privados para reconstruir lo destruido. Debemos apoyar a las familias que necesitan atención médica, alimentos y vivienda, enfatizó.
Según Góes, la orden del gobierno es que los gobiernos municipales soliciten fondos de emergencia lo antes posible, y no solo después de que se haya realizado una evaluación completa de los daños. “El presidente Lula me ha dado instrucciones, a mí y a otros ministros, para que hagamos todo lo necesario para reconstruir la ciudad de Rio Bonito do Iguaçu y las demás ciudades afectadas”, añadió.
La empresa eléctrica Copel informó el domingo que había restablecido el 49% de la red de distribución eléctrica en Rio Bonito do Iguaçu.