Machado fue muy elogiada por líderes empresariales, funcionarios y representantes de la diáspora venezolana La líder opositora venezolana María Corina Machado afirmó durante su intervención telemática en el Foro Empresarial de las Américas, celebrado en Miami, que si su país se liberaba, también deberían liberarse Cuba y Nicaragua.
Asimismo, imaginó que los primeros cien días tras la caída del régimen chavista de Nicolás Maduro se centrarían en la alimentación, la medicina, la seguridad y el orden. Además, con las mayores reservas petroleras del mundo bajo control democrático, las inversiones fluirían en abundancia.
La ganadora del Premio Nobel de la Paz insistió en que su país se convertiría entonces en un motor de estabilidad regional y expresó su esperanza de que Venezuela resurgiera tras la dictadura, lo que a su vez propiciaría la liberación de Cuba y Nicaragua.
Dedicó su Premio Nobel al coraje y la voluntad del pueblo venezolano, que se unió para enfrentar al régimen.
Asimismo, consideró que el presidente estadounidense Donald Trump sería clave para lograr una transición democrática. Apoyó la estrategia de Washington de clasificar a los cárteles venezolanos de la droga como organizaciones terroristas transnacionales y aumentar la recompensa por la captura de Maduro, quien, en su opinión, no es un jefe de Estado legítimo, sino el líder de una estructura narcoterrorista que libra una guerra contra el pueblo venezolano y la región.
Machado también advirtió sobre la grave implicación de China, Rusia e Irán en Venezuela, afirmando que el país se ha convertido en una base logística para redes criminales y adversarios de Estados Unidos.
Mencionó la presencia militar de Irán, que proporciona entrenamiento, drones, tecnología y el uso del sistema financiero para el lavado de dinero (incluidos grupos como Hezbolá), con más de 10.000 pasaportes venezolanos emitidos para facilitar el tránsito; el suministro de armas, inteligencia y agentes por parte de Rusia; y los más de 60.000 millones de dólares en préstamos otorgados por China a cambio de un acceso y control sin precedentes sobre recursos estratégicos (oro, minerales, tierras raras) e información.
Machado también describió la enorme organización ciudadana, con más de un millón de voluntarios, que supervisó las recientes elecciones y que tuvo que introducir de contrabando computadoras, escáneres e impresoras para difundir la verdad sobre su contundente victoria, la cual fue rechazada por el régimen.
En este escenario, sus prioridades inmediatas al asumir el poder serían la protección de la ciudadanía, la seguridad fronteriza y la liberación de todos los presos políticos (más de 170). Los primeros 100 días se centrarían en garantizar el suministro de combustible, seguridad y medicinas, así como en restablecer el orden económico.
Asimismo, destacó la importancia de restablecer relaciones sólidas con países vecinos como Brasil, México y Colombia. Este último país, según subrayó Machado, nunca tendrá paz hasta que Venezuela sea libre, recordando que el 80% de la población venezolana vive en la pobreza a pesar de contar con las mayores reservas de petróleo del mundo. Su propuesta incluye un ambicioso programa de inversiones y privatizaciones, estimado en hasta 1,7 billones de dólares estadounidenses en oportunidades (energía, minería, infraestructura y tecnología), con especial énfasis en la inteligencia artificial y el turismo. Además, prometió a los casi nueve millones de venezolanos que se vieron obligados a huir del país que podrán regresar a una nación segura y próspera.