Gil acusó a la Primera Ministra de Trinidad y Tobago de presunta connivencia con la CIA El régimen bolivariano de Venezuela denunció el lunes una supuesta operación de bandera falsa orquestada por la CIA y coordinada desde Trinidad y Tobago para crear un pretexto y lanzar un ataque militar contra Caracas. El canciller Yván Gil declaró que una célula criminal financiada por la CIA vinculada a la operación encubierta estaba siendo desmantelada en territorio venezolano.
Gil advirtió que la operación siguió el mismo guion imperial que el Maine y el Golfo de Tonkín, eventos históricos a menudo citados como pretextos para la guerra, con el objetivo de fabricar un conflicto para imponer intereses ajenos a nuestra región.
Insistió en que Venezuela ha informado claramente al Gobierno de Trinidad y Tobago que el complot consistía en atacar un buque militar estadounidense estacionado cerca de la isla y luego culpar a Venezuela para justificar una intervención. Venezuela actúa con firmeza y responsabilidad, declaró Gil en un comunicado, añadiendo que su país no caería en provocaciones, sino que defendería su soberanía.
En una advertencia directa a la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, Gil señaló: Debe asumir su responsabilidad con el Caribe y con la historia: o se alinea con la paz o se deja llevar por la agenda de la CIA.
En otro comunicado, emitido por la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez, el gobierno venezolano advirtió a la comunidad internacional sobre los peligrosos ejercicios militares que Trinidad y Tobago estaba realizando entre el 26 y el 30 de octubre bajo la coordinación, financiación y control del Comando Sur de Estados Unidos y que constituían una provocación hostil.
Asimismo, Caracas informó de la captura de un grupo mercenario en posesión de información directa de la CIA, confirmando que se estaba llevando a cabo un ataque de falsa bandera a gran escala desde aguas fronterizas con Trinidad y Tobago, o desde su territorio. El comunicado condenó al gobierno trinitense, alegando que la Primera Ministra Persad-Bissessar había renunciado a la soberanía de Trinidad y Tobago para actuar como una colonia militar subordinada a los intereses hegemónicos de Estados Unidos. La nación insular también estaba violando varios acuerdos internacionales, incluidos los principios de la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.