El expresidente francés Nicolas Sarkozy se entregó este martes en la cárcel de La Santé de París para comenzar a cumplir una condena de cinco años por financiar ilegalmente su campaña presidencial de 2007 con dinero del régimen del difunto dictador libio Muamar el Gadafi.
Sarkozy, quien a los 70 años se convirtió en el primer exmandatario francés en ser encarcelado, publicó en redes sociales anteriormente que era un hombre inocente y calificó la situación de escándalo judicial. Afirmó: La verdad triunfará, pero el precio a pagar será devastador.
Sus abogados anunciaron que solicitarán su liberación con gran rapidez, afirmando que su encarcelamiento refuerza su determinación y su furia por demostrar su inocencia. Anticipan que Sarkozy pasará entre tres semanas y un mes detenido antes de que el tribunal se pronuncie sobre la solicitud. El juicio de apelación está programado para marzo de 2026.
Sarkozy fue condenado por conspiración criminal por aceptar fondos ilegales de campaña del régimen libio. La fiscalía argumentó que esto constituía un pacto de corrupción, que subordinaba la presidencia francesa a intereses extranjeros y erosionaba la confianza democrática. Los fondos presuntamente provenían de las arcas públicas libias y se entregaron a cambio de favores diplomáticos.
El esposo de la cantante Carla Bruni también tiene una condena efectiva de un año que deberá cumplir bajo arresto domiciliario con un dispositivo de rastreo electrónico por corrupción activa de un magistrado y tráfico de influencias, ratificada a fines de 2024.
Se espera que Sarkozy permanezca en régimen de aislamiento para evitar el contacto con otros reclusos. Una encuesta sugiere que seis de cada diez franceses consideran que la sentencia es justa.
El presidente Emmanuel Macron se reunió con Sarkozy en el Palacio del Elíseo justo antes de su encarcelamiento, calificándolo de un gesto humano normal. Sin embargo, el líder socialista Olivier Faure afirmó que significaba ejercer presión sobre el sistema judicial. Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, anunció que visitaría a Sarkozy para garantizar su seguridad, lo que despertó la preocupación del Fiscal General sobre el posible menoscabo de la independencia judicial.