Un motín masivo ocurrido este jueves en el Centro de Rehabilitación Social de Hombres de Esmeraldas, Ecuador, dejó al menos 17 reclusos muertos, lo que marca la segunda masacre carcelaria en una semana.
Según las autoridades locales, el motín fue un enfrentamiento entre bandas criminales rivales: Los Tiguerones presuntamente emitió una orden externa para atacar a miembros de Los Lobos y Los Choneros dentro de la prisión.
Al parecer, los reclusos utilizaron una falsa alarma para escapar de sus celdas, robar las llaves a los guardias y atacar a sus rivales.
En respuesta, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) investiga el incidente, mientras que el Ejército Ecuatoriano fue desplegado para realizar operativos de control y seguridad en el centro.
La masacre se produjo apenas tres días después de que otro motín carcelario en Machala (sur de Ecuador) dejara 14 muertos, incluido un guardia penitenciario, tras un ataque de la pandilla Los Lobos Box.
Las cárceles de Ecuador están en el centro de la crisis de violencia del país, con un estimado de 600 reclusos asesinados desde 2021 en una serie de masacres impulsadas por guerras entre bandas rivales.
Los centros penitenciarios se han convertido en la base operativa y económica de estas mafias, que prosperan gracias a reformas estatales fallidas, negligencia y corrupción, utilizando las instalaciones para organizar el narcotráfico y expandir su control territorial fuera de los muros de la prisión. Según se explicó, la rivalidad por el control de esta lucrativa economía criminal es la causa directa de las masacres.