El senador colombiano y aspirante a la presidencia Miguel Uribe Turbay falleció la madrugada del lunes a consecuencia de los disparos que recibió durante un mitin político el 7 de junio, por lo que se encontraba hospitalizado desde entonces.
Nuestro amor trasciende este plano físico. Espérame, porque cuando cumpla la promesa que les hice a nuestros hijos, vendré por tí y tendremos una segunda oportunidad, escribió su esposa, María Claudia Tarazona, al confirmar la noticia en redes sociales.
La salud de Uribe Turbay se deterioró la madrugada del sábado. Tras un procedimiento programado para la madrugada, sufrió una hemorragia intracerebral aguda que requirió otra cirugía. Por la tarde, la clínica informó que el estado del legislador era extremadamente crítico debido a un edema cerebral persistente y una hemorragia intracerebral de difícil control.
Expresidentes expresaron su dolor.
El mal lo destruye todo; mataron la esperanza, manifestó Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), líder del partido Centro Democrático del difunto parlamentario, con quien no tiene parentesco.
Colombia está de luto, pero no se rendirá ante los criminales que le quitaron la vida a un joven admirable, declaró Iván Duque (2018-2022).
El ataque ocurrió el 7 de junio mientras Uribe pronunciaba un discurso en Bogotá. Un agresor le disparó tres veces, dos de ellas impactando en la cabeza. A pesar de recibir atención médica inmediata, falleció a causa de las heridas. El atacante fue aprehendido y el gobierno ha ofrecido una recompensa de 3.000 millones de pesos colombianos por información sobre los responsables del crimen.
Uribe, de 39 años, pertenecía a una familia con una larga y trágica trayectoria en la política colombiana. Era hijo de la periodista Diana Turbay, quien fue asesinada en un fallido rescate militar tras ser secuestrada por el Cártel de Medellín en 1991. Su abuelo fue el expresidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982).
En 2022, fue electo senador. Anteriormente ocupó varios cargos públicos, entre ellos concejal de la ciudad de Bogotá (2012-2015) y secretario de Gobierno de la capital del país, donde también se postuló a la alcaldía en 2019, pero perdió.
En las décadas de 1980 y 1990, al menos cinco candidatos presidenciales fueron asesinados por cárteles, paramilitares u opositores políticos, entre ellos Luis Carlos Galán en 1989, conocido por su firme postura anticorrupción y su oposición al narcotráfico.