La Cumbre Brasil-Caribe, programada para el 13 de junio en Brasilia, se centrará en cinco áreas clave para un documento final: seguridad alimentaria y nutricional, cambio climático, transición energética, gestión de riesgos y conectividad, confirmó este lunes una alta funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
La embajadora Gisela Padovan, Secretaria para América Latina y el Caribe, destacó la capacidad de su país para producir alimentos para 1.600 millones de personas y el potencial para fortalecer el comercio y la cooperación con las naciones caribeñas.
Hasta el momento, se ha confirmado la asistencia de ocho jefes de Estado (presidentes) y seis jefes de gobierno (primeros ministros). También se espera la asistencia de vicepresidentes, así como de autoridades de organizaciones internacionales y países de la región.
La diplomática recordó que la agenda de integración entre los países de América Latina y el Caribe es una prioridad para el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien siempre ha defendido la idea de que, de forma aislada, ningún país podrá resolver sus problemas.
“Necesitamos acercarnos para unirnos. La representatividad [de los países de la región] en el mundo depende de la solidez de la base regional y de la coordinación de posiciones”, argumentó Padovan en el Palacio de Itamaraty sobre cómo se abordarán los cinco temas prioritarios en el documento final.
Se espera que, al acercar a las naciones, se avance incluso desde el punto de vista comercial, dado que se trata de un mercado de 40 millones de personas distribuidas en países pequeños.
En cuanto a la seguridad alimentaria, Padovan insistió en que, en reuniones anteriores, con una población de poco más de 200 millones de personas, Brasil puede producir alimentos para alrededor de 1.600 millones de personas.
“Dijeron que compran muchos alimentos brasileños, pero que, debido a la falta de rutas comerciales portuarias, estos alimentos primero van a Estados Unidos [antes de llegar a su destino final]. Incluso para el turismo, hay que ir primero a Miami”, dijo, señalando que los cinco temas prioritarios pueden discutirse en conjunto.
Para la diplomática, Brasil tiene mucho que colaborar con otros países a través de la cooperación entre la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab).
Sobre el cambio climático, Padovan señaló que la idea es presentar una postura unificada entre los países de la región, considerando también los efectos del aumento del nivel del mar en las naciones e islas del Caribe. “La transición energética también está relacionada con el cambio climático”, dijo, al tiempo que vinculó ambos temas con la gestión del riesgo de desastres, que actualmente consta de seis mecanismos. “La idea ahora es vincular estos seis mecanismos para intercambiar información”, concluyó.
La conectividad aborda no solo los problemas de infraestructura para acceder a los puertos por tierra y mar, sino también la expansión de las conexiones aéreas, incrementando el número de vuelos entre los países de la región e incluso favoreciendo sectores como el turismo.
“En este momento, estamos prestando especial atención a la llamada integración de la Ruta 1, que prevé una conexión [terrestre] entre Roraima y Georgetown, la capital de Guyana”, señaló Padovan, “para que podamos vender al Caribe sin pasar por Estados Unidos”. Próximamente también se espera una conexión similar vía Surinam.
Otro tema clave será la “drástica situación que atraviesa Haití en diversos aspectos”. Padovan afirmó que Brasil ha brindado ayuda en áreas como seguridad y construcción, aportando gran parte de su experiencia en estos sectores. Destacó que los profesionales de seguridad haitianos están recibiendo capacitación a través de alianzas con la Policía Federal de Brasil. “Tendremos una reunión técnica de la cumbre para encontrar maneras de ayudar a este país, que es tan importante para la región”, concluyó la embajadora. (Fuente: Agencia Brasil)