Bolivia ha sido certificada por la Organización Mundial de Sanidad Animal como libre de fiebre aftosa (FA) sin vacunación, estatus que solo comparte con Brasil en Sudamérica. Este hito, logrado tras más de 20 años de esfuerzos público-privados y una inversión de US$ 350 millones, beneficia a alrededor de 200.000 productores ganaderos. Bolivia recibirá oficialmente este reconocimiento durante una ceremonia el jueves.
La certificación mejora la competitividad de Bolivia en los mercados internacionales de carne, permitiendo el aumento de las exportaciones y contribuyendo a la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, el sector agrícola, liderado por figuras como Klaus Frerking, de la Cámara Agropecuaria del Oriente, advierte que sin una estrategia comercial sólida y una diplomacia sanitaria adecuada, este logro podría no traducirse plenamente en beneficios económicos.
El reconocimiento se alinea con el Programa Hemisférico para la Erradicación de la Fiebre Aftosa, que ha incrementado las áreas libres de fiebre aftosa en Sudamérica del 35% al 65%. A pesar del progreso, persisten desafíos, incluyendo la necesidad de políticas comerciales claras y apoyo gubernamental continuo para mantener esta certificación y aprovechar nuevas oportunidades de mercado.
Somos los únicos, junto con Brasil, que obtendremos esta certificación, afirmó el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, en un informe. Bolivia cuenta con una sólida trayectoria en la lucha contra la fiebre aftosa, en la que se han invertido aproximadamente US$350 millones, beneficiando a cerca de 200.000 ganaderos que poseen millones de cabezas de ganado.
Estar libre de fiebre aftosa sin vacunación significa que estos países han logrado controlar la enfermedad sin depender exclusivamente de la vacunación periódica del ganado, lo que reduce los costos asociados y mejora la competitividad en el mercado.
Este jueves 29 de mayo, Bolivia será declarada país libre de fiebre aftosa sin vacunación, lo que permitirá una mayor apertura de los mercados para los productos animales, señaló Flores en un comunicado. Definió el logro como el mayor reconocimiento en sanidad animal y afirmó que esta certificación fortalecerá la competitividad del país en los mercados internacionales. La fiebre aftosa ha sido una amenaza para la seguridad alimentaria y las economías de los países de las Américas durante décadas. La vacunación del ganado ha sido la principal estrategia para controlar brotes y prevenir nuevos casos, lo que ha permitido a varios países erradicar la enfermedad.
Una vez verificada la ausencia de transmisión del virus y eliminados los riesgos internos en un territorio, los países pueden suspender la vacunación.
Frerking felicitó al sector ganadero por los más de 20 años de trabajo coordinado que permitieron alcanzar este estatus, que posiciona a Bolivia en un escenario competitivo, pero también requiere un sólido compromiso institucional para sostenerlo y proyectarlo. El mérito sanitario no es suficiente; requiere un compromiso del Estado para traducirlo en oportunidades reales.
La puerta está abierta gracias al trabajo sanitario, pero entrar depende de una visión de país. Es hora de que la política acompañe el esfuerzo productivo con acciones concretas y planificación a largo plazo, añadió.