El Papa Francisco hizo una aparición sorpresa en la Plaza de San Pedro este domingo, dos semanas después de ser dado de alta del Hospital Gemelli de Roma, donde había sido tratado por una neumonía potencialmente mortal durante 38 días. El exarzobispo de Buenos Aires, de 88 años, lucía frágil en una silla de ruedas con oxígeno nasal mientras bendecía a unos 20.000 fieles al final de una misa por los enfermos, oficiada por el arzobispo Rino Fisichella.
Con voz tensa, pero mejorada, saludó a la multitud con un Buen domingo a todos. Gracias, dijo en italiano a los desconcertados asistentes. En su sermón, Fisichella leyó la homilía del Papa, en la que Francisco comparó la enfermedad con una escuela de amor y dependencia, reflexionando sobre sus propios problemas de salud. Con ustedes, queridos hermanos y hermanas enfermos, comparto muchas cosas en este momento de mi vida: la experiencia de la enfermedad, de sentirme débil, de depender de otros en muchas cosas, de necesitar apoyo. No siempre es fácil, pero es una escuela en la que aprendemos a diario a amar y a dejarnos amar, dijo Fisichella, citando al Papa.
También condenó la violencia contra el personal sanitario y llamó a orar por la paz en zonas de conflicto como Ucrania, Gaza y otras. Los médicos le aconsejaron no participar en actividades públicas y abstenerse de cualquier contacto con los fieles para limitar el riesgo de recaída durante sus dos meses de convalecencia.
El gesto del domingo fue recibido con aplausos, ya que demostró el afán del líder religioso por conectar con los 1.400 millones de católicos en todo el mundo. El pontífice argentino saludó una a una a un puñado de personas tras el altar instalado en la plaza.
Está mejorando, es evidente, y quiere ser atendido, declaró a la AFP una fuente vaticana, que habló bajo condición de anonimato. Aún no está en condiciones para grabar un mensaje, pero sí para dar un paso similar ante pacientes como él y mostrarse en público.
El papa Francisco regresó al Vaticano hace dos semanas tras 38 días en la clínica Gemmelli de Roma, donde ingresó con una neumonía potencialmente mortal.