Incendios forestales en el centro-sur de Chile han causado una destrucción generalizada en los últimos días en varias regiones, como La Araucanía, Biobío, Ñuble y Los Ríos, con más de 15.000 hectáreas devastadas.
Traiguén fue una de las zonas más afectadas, donde ocho viviendas y un colegio se incendiaron. Además, dos policías resultaron heridos por las llamas, aunque no se reportaron víctimas mortales gracias a las oportunas evacuaciones. Las localidades más afectadas incluyen Padre las Casas, Freire, Gorbea, Traiguén, Galvarino, Mulchén, Tirúa y Paillaco.
Los incendios, avivados por los fuertes vientos Puelche que soplan desde el este, han obligado a la evacuación de numerosas familias. Las autoridades locales han informado de la reubicación de casi 100 personas y la suspensión de clases en 44 colegios, lo que afecta a más de 6.600 estudiantes.
Se declaró una alerta roja en las regiones del Biobío, la Araucanía y Los Ríos, con el despliegue de bomberos, brigadas especializadas y equipos para combatir 27 incendios activos, 34 de ellos controlados y uno extinguido. No se reportaron víctimas mortales, aunque dos policías resultaron heridos en Traiguén.
El presidente Gabriel Boric Font prometió apoyo a las comunidades afectadas. Quiero que sepan que he instruido a todo el gobierno para que se despliegue en respuesta a estos incendios y que estamos con los afectados y sus familias, declaró el mandatario, quien insistió en la importancia de la prevención y afirmó que la mayoría de los incendios se debieron a responsabilidad humana. Por su parte, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, calificó la situación de compleja.
Los incendios, agravados por las altas temperaturas y vientos superiores a 60 km/h, evocan el recuerdo de incendios devastadores como el de febrero de 2024 en Viña del Mar, que cobró la vida de 137 personas y dejó a más de 16.000 sin hogar.