Mark Carney juró oficialmente este viernes como nuevo primer ministro de Canadá ante la gobernadora general Mary Simon, representante personal del rey Carlos. Insistió en que su país no se convertiría en el estado número 51 de Washington, como sugirió el presidente estadounidense Donald Trump. Canadá nunca, jamás, de ninguna manera, formará parte de Estados Unidos, enfatizó.
El primer desafío del nuevo jefe de gobierno es la imposición de aranceles del 25 % por parte de Trump al acero y el aluminio canadienses y la amenaza de medidas comerciales más amplias, lo que ha llevado a Canadá a tomar represalias. Carney ha priorizado la guerra comercial con EE. UU. Si bien está abierto a negociar con Trump, insiste en el respeto a la soberanía canadiense mediante un enfoque comercial mucho más integral. Ha descrito a Estados Unidos como el antiguo aliado más cercano de Canadá, pero ahora un país en el que ya no puede confiar. Asimismo, se comprometió a mantener los aranceles de represalia sobre artículos como metales, computadoras, artículos deportivos y otros productos hasta que Estados Unidos muestre respeto hacia Canadá.
El Primer Ministro también planea fortalecer los lazos con sus aliados europeos, con próximas visitas a París y Londres para hablar sobre comercio y seguridad.
En el ámbito nacional, Carney se enfrenta a unas elecciones generales inminentes, con encuestas que muestran una reñida contienda contra la oposición conservadora, que lo critica por ser elitista a pesar de su falta de experiencia previa en cargos electivos.
Carney se ha distanciado de las políticas de su predecesor, Justin Trudeau, en particular la eliminación del impuesto al carbono y el énfasis en soluciones climáticas impulsadas por el mercado. Su gabinete conserva gran parte del equipo de Trudeau, en particular a quienes gestionan las negociaciones comerciales con Estados Unidos. Funcionarios en Ottawa afirmaron que buscaban concertar una llamada entre Trump y Carney en los próximos días.
En el nuevo gabinete, el ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, se trasladó a Comercio Internacional, y el ministro de Innovación, François-Philippe Champagne, lo reemplazó, mientras que la ministra de Asuntos Exteriores, Melanie Joly, mantuvo su puesto.
A pesar de su experiencia financiera global, la inexperiencia política de Carney podría ponerse a prueba al afrontar tanto los desafíos internos como el deterioro de las relaciones transfronterizas. Carney fue banquero de inversión en Goldman Sachs antes de ocupar el cargo de gobernador del Banco de Canadá durante la crisis financiera de 2008-2009 y también dirigió al Banco de Inglaterra durante la turbulencia generada por el referéndum del Brexit.
Carney argumenta que su experiencia global, incluso en el sector privado, lo ha capacitado para impulsar la economía canadiense, que se enfrenta a una ruptura con su socio comercial más importante.