Brasil asumió este miércoles la presidencia rotativa del bloque BRICS, acrónimo que representa a los miembros más antiguos del bloque -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que cuenta ahora con al menos nueve nuevos integrantes. Es la cuarta vez que el país sudamericano ocupa ese cargo en la organización, recalcó la Agência Brasil.
Con el lema Fortalecimiento de la Cooperación en el Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible, el gobierno brasileño tiene entre sus desafíos articular la participación de los nuevos miembros y seguir construyendo el sistema de pagos con monedas locales en el comercio entre países, en sustitución del dólar estadounidense.
A partir de 2025, al menos nueve países se unieron como miembros asociados. Cuba, Bolivia, Indonesia, Bielorrusia, Kazajstán, Malasia, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.
El profesor de Derecho Internacional Paulo Borba Casella, del Grupo de Estudios de los BRICS (GeBRICS) de la Universidad de São Paulo (USP), dijo a la Agência Brasil que uno de los desafíos de la presidencia del bloque era crear una dinámica para los BRICS ampliados.
Hay más de cien grupos de trabajo en las más diversas áreas. Habrá que ver cómo Brasil puede ayudar a que el BRICS funcione en su nueva configuración, con diez Estados y una docena más de Estados asociados. ¿Cómo funcionará? Nadie lo ha visto todavía y nadie lo sabe, afirmó.
Con 13 países invitados a unirse, se espera que Nigeria, Turquía, Argelia y Vietnam confirmen su participación. La inclusión de nuevos miembros se definió en octubre de 2024, en la 16ª cumbre de los BRICS en Kazán (Rusia), cuando se creó la nueva categoría de miembros asociados. A diferencia de los miembros de pleno derecho, los asociados pueden participar en reuniones y encuentros, pero no tienen ni voto ni poder de veto, ya que las decisiones en los BRICS se toman por consenso.
El año pasado, el bloque dio la bienvenida a Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía y Arabia Saudí. Aunque Arabia Saudí no ha firmado la adhesión al grupo, ha participado en todas las reuniones, explicó la Agência Brasil.
La coordinadora del grupo de investigación del BRICS en la PUC de Río de Janeiro, profesora Maria Elena Rodríguez, recordó que la última vez que Brasil presidió el bloque, el gobierno no le dio mucha importancia, lo que debe cambiar este año.
La anterior cumbre bajo la presidencia brasileña fue bajo el gobierno de [Jair]Bolsonaro y fue totalmente tímida y sin importancia. Ahora, el BRICS está mucho más consolidado. Brasil tiene que estar muy preparado y mostrar avances concretos, como en el tema de las negociaciones en monedas locales. Necesitamos tener una agenda que ayude a elevar un poco a Brasil y al continente latinoamericano dentro del BRICS, afirmó.
La iniciativa de sustituir el dólar por monedas locales ha llevado al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, a amenazar a las naciones que abandonen la divisa estadounidense con aranceles más altos.
El profesor de la USP Paulo Borba Casella cree que Trump es incapaz de imponer aranceles a todos los países BRICS sin dañar la economía estadounidense. Está jugando con el electorado doméstico para tratar de hacer un punto, pero es una tontería porque el sistema internacional no funciona sólo con amenazas, dijo.
Debido al comportamiento de Trump, Casella cree que foros como los BRICS están ganando importancia. Puede ser la vocación de los BRICS contrarrestar un discurso bastante mezquino y burdo desde el punto de vista de las relaciones internacionales, como es el estilo de Trump, añadió.
El grupo BRICS se ha utilizado como plataforma alternativa de diálogo e integración de países descontentos con el orden internacional liderado por Estados Unidos y dominado por el dólar. Con diez miembros de pleno derecho, los BRICS representan más del 40% de la población mundial y el 37% del PIB mundial por poder adquisitivo, superando el peso económico del G7, que aglutina a los países más industrializados del mundo.
Entre las principales reivindicaciones del grupo figura una reforma de la gobernanza mundial, con un aumento de la representación de los países asiáticos, africanos y latinoamericanos en organismos como el Consejo de Seguridad de la ONU, la Organización Mundial del Comercio (OMC) e instituciones financieras como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).