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Avistamiento de un lobo marino en Río de Janeiro

Jueves, 26 de diciembre de 2024 - 10:00 UTC
La migración de esta especie es inusual en esta época del año La migración de esta especie es inusual en esta época del año

El Ayuntamiento de Niteroi, en el estado brasileño de Río de Janeiro, dijo que agentes de Defensa Civil y biólogos estaban monitoreando un lobo marino avistado en la playa de Itaipuaçu, en Maricá, el domingo pasado, informó la Agência Brasil. La zona fue acordonada por las autoridades locales, se explicó también.

Se cree que se trata de “Joca”, el mismo animal ya visto antes en la playa de Ipanema, y avistado por los bañistas en la playa de São Francisco, en Niterói, procedente de la Bahía de Guanabara. Sólo permaneció allí unos minutos antes de regresar al mar, informaron las autoridades municipales de Niterói.

El pasado miércoles, un lobo marino apareció en la playa de Ipanema y regresó al mar el viernes. Como la migración de esta especie es inusual en esta época del año, se cree que se trata del mismo ejemplar encontrado en Niterói. El ayuntamiento, sin embargo, declaró que “no es posible afirmar que se trate del mismo animal que estuvo en las arenas de Ipanema durante unos días”.

El ayuntamiento aconseja precaución a quien se encuentre con el animal. “La gente no debe acercarse a ellos ni ofrecerles ningún tipo de comida”, advirtieron las autoridades.
En una entrevista con la Revista Rio de la EBC, la bióloga Daniela Meriano dijo que los lobos marinos “son mamíferos conocidos por su capacidad de estar tanto en el agua como en tierra”. Los machos pueden medir de dos a tres metros y pesar hasta 250 kg, mientras que las hembras pueden alcanzar de 1,5 a 2,5 m de longitud y pesar hasta 120 kg.

“Suelen verse en zonas costeras. También aparecen en playas y rocas. No son tan comunes como las focas normales, pero se las puede ver en distintas épocas del año, sobre todo durante la época de cría, que va de septiembre a diciembre, y cuando buscan comida”, añadió.

Meriano insistió en que la recomendación de no acercarse al animal debe seguirse por el bien tanto de los bañistas como del animal. “¿Por qué del animal? Porque los humanos tenemos varios microorganismos que pueden ser perjudiciales para este animal. Además, no está acostumbrado a la presencia de humanos, por lo que puede estresarse por esta cercanía. No sabemos qué puede pasar”, señaló.

Categorías: Medio ambiente, Brasil.