Las autoridades del cantón suizo de Schaffhausen detuvieron este martes a un grupo de personas en relación con el uso indebido de la cápsula de suicidio asistido conocida como Sarco, con la que se quitó la vida una mujer estadounidense de 64 años. Aunque el suicidio asistido está permitido en el país bajo ciertas condiciones, se teme que estos requisitos no se hayan cumplido e incluso se sospechan la posible comisión de un delito de incitación al crimen.
La cápsula Sarco, nunca antes utilizada, permite a una persona sentada en su interior pulsar un botón que activa el flujo de gas nitrógeno hacia la cámara sellada, lo que supuestamente provoca una muerte pacífica en pocos minutos.
Los fiscales fueron informados de que la cápsula Sarco se había utilizado el lunes cerca de una cabaña forestal en Merishausen, por lo que se abrió una investigación. Entre los detenidos se encontraba un fotógrafo del diario holandés Volkskrant que quería captar el primer uso del aretefacto.
El caso ha desatado una polémica nacional: La ministra del Interior, Elisabeth Baume-Schneider, argumentó durante una sesión de preguntas y respuestas en el Parlamento que la cápsula suicida Sarco no cumple la ley en dos aspectos: En primer lugar, no cumple los requisitos de la legislación sobre seguridad de los productos y, por tanto, no puede comercializarse. En segundo lugar, el correspondiente uso de nitrógeno no es compatible con el artículo de finalidad de la Ley de Sustancias Químicas, explicó.
”El Sarco induce la muerte sustituyendo el aire normal de la habitación (21% de oxígeno/79% de nitrógeno) por nitrógeno al 100%. Esto significa que no hay oxígeno en la cápsula. Sin oxígeno, la persona pierde rápidamente el conocimiento y muere poco después. La muerte es pacífica y fiable, así describe sus servicios la organización eutanásica The Last Resort en su página web, donde también destaca que el dispositivo, que ha sido incautado por la fiscalía, es de color morado porque ese es el color de la dignidad.
Según Volkskrant, una mujer estadounidense de 64 años se encontraba en la cápsula. Según se informó, murió casi inmediatamente después de pulsar el botón que liberaba el nitrógeno. Testigos afirmaron que la clienta, que realmente quería morir, quedó inconsciente a los dos minutos y falleció a los cinco. Su cuerpo ha sido entregado al Instituto de Medicina Legal de Zúrich para que se le practique una autopsia que se sumará a la investigación en curso sobre incitación y complicidad en el suicidio”.