El presidente italiano, Sergio Mattarella, aterrizó este domingo en Brasilia para una gira de cinco días al mayor país de Sudamérica, informó la Agencia Brasil. La primera visita de un jefe de Estado italiano a Brasil en 24 años marca el 150 aniversario de la inmigración de la nación europea. La relación entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), además de otros temas como el cambio climático y la transición energética, serán los principales puntos de la agenda.
También se espera que Mattarella revise con las autoridades locales la iniciativa brasileña de gravar a los superricos, que será el tema central durante la Cumbre del G20 que se celebrará en Río de Janeiro en noviembre.
El viaje del mandatario italiano fue en reciprocidad por la presencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en junio, como invitado a la Cumbre del G7, informó también la Agencia Brasil. Además de Brasilia, el itinerario de Mattarella incluye Rio Grande do Sul, São Paulo, Rio de Janeiro y Salvador.
Las relaciones entre Brasil e Italia se deterioraron a finales de la década de 2000 a causa de la extradición del terrorista Cesare Battisti, mientras que los gobiernos de ambos países no están de acuerdo sobre las guerras de Ucrania y la Franja de Gaza.
El asunto de brasileños que solicitan la ciudadanía italiana también se revisará en medio del actual acercamiento, aunque las conversaciones con Mattarella tendrán un carácter más bien simbólico, dado el papel del presidente italiano en un régimen parlamentario. Desde 2022, gobierna en Italia la coalición de derechas liderada por la primera ministra Giorgia Meloni, que, entre otras cuestiones, no apoya la propuesta de gravar a los superricos.
El líder visitante se reunirá con Lula este lunes. Al día siguiente tiene previsto viajar al estado de Rio Grande do Sul, que alberga una importante comunidad italiana, para llevar un mensaje de solidaridad a la población afectada por las inundaciones. La embajada italiana en Brasilia informó que se habían aportado más de 25 toneladas de ayuda humanitaria a las operaciones de socorro.
El miércoles, el presidente italiano estará en São Paulo para visitar el Museo de la Inmigración y la organización Arsenal de la Esperanza, que presta ayuda a la población sin hogar. Ese mismo día se reunirá con unos 200 representantes de la comunidad italiana local.
El jueves, Mattarella se desplazará a Río de Janeiro, donde pronunciará un discurso en el Centro Brasileiro de Relações Internacionais (Centro Brasileño de Relaciones Internacionales).
Su último día en el país sudamericano incluirá una parada en la Comunidad Franciscana de Betânia, en Salvador.
En Brasil hay unas 1.000 empresas italianas que generan unos 150.000 empleos directos. En 2023, Italia ocupó el 18º lugar entre los principales inversores extranjeros, según el Banco Central Brasileño (BCB). El año pasado, las empresas italianas invirtieron 319 millones de dólares en el país, frente a los 2.492 millones de dólares de las españolas, el cuarto mayor inversor en Brasil en el mismo período. De enero a junio de este año, Brasil importó US$ 870,4 millones más de lo que exportó a Italia. El país europeo fue el 14º destino de las mercancías brasileñas y el 6º en importaciones. Las ventas a Italia son principalmente productos básicos de comercio internacional, mientras que las importaciones consisten sobre todo en medicamentos (veterinarios y no veterinarios), piezas y accesorios para vehículos, productos industrializados y maquinaria.