Además de la no asistencia del presidente Javier Milei a la 64ª Cumbre del Mercado Común del Sur en Asunción, Argentina aportó otra nota discordante al bloque regional al sostener la canciller Diana Mondino la idea de negociar unilateralmente con potencias o bloques extranjeros, en franca oposición a la postura del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva al respecto.
Así, Argentina se sumó a la iniciativa de Montevideo de avanzar en las negociaciones con China, que ya habían desatado un enfrentamiento entre el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y el entonces jefe de Estado argentino, Alberto Fernández. Según las normas actuales del Mercosur, estas negociaciones no están permitidas.
Sin embargo, Mondino insistió en que el bloque debe tener flexibilidad y aceptar, dependiendo de la situación, que un país concluya acuerdos de libre comercio por su cuenta. Pensemos en la posibilidad de acuerdos bilaterales. Es muy difícil que todo el mundo esté de acuerdo en todas las cuestiones. Puede haber un caso en que un acuerdo comercial bilateral sea conveniente, argumentó Mondino en la capital paraguaya, en línea con la posición de Uruguay.
Aunque China es el principal socio comercial de Brasil desde 2009, Itamaraty se comprometió a no negociar con Pekín en solitario porque sería contrario a lo que establece el Tratado de Asunción fundacional del Mercosur. La opinión de Brasil es respaldada por la de Paraguay, que nunca negociaría individualmente con Pekín dada la cercanía de Asunción a Taipei.
Hablando en nombre de Milei, Mondino también pidió acabar con las barreras arancelarias y abogó por un sistema económico basado en la libre empresa.
Estamos en un mundo convulso. Sin embargo, se han alcanzado unos 300 acuerdos comerciales en todo el mundo. Creemos firmemente que la mejor manera de afrontar los desafíos globales es promover las ideas de libertad. Para Argentina, se acabaron las ambigüedades, subrayó Mondino.
Un sistema económico basado en la libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la desnutrición. Este es el objetivo de todos. Creemos que el mercado es un proceso de cooperación social, donde hay intercambios voluntarios, señaló también.
Para Mondino, el Mercosur tiene un exceso de regulaciones, que se cerró sobre sí mismo, y que, con el argumento de erigirse en 'barrera protectora' contra las importaciones de terceros mercados, sólo limitó sus propias exportaciones, dañando el sistema de equilibrio general que subyace al intercambio comercial.
Pasamos de 'crear' comercio a 'desviarlo'. Peor aún, nuestra unión es una unión aduanera bastante imperfecta, sostuvo asimismo.
Argentina ha iniciado un proceso de reforma del Estado. Hemos alcanzado el equilibrio financiero y aumentado la ayuda a los más necesitados. Y nunca nos hemos desentendido de nuestras deudas. Comparto esto con ustedes porque nuestro objetivo es abrirnos al mundo y creemos que el Mercosur puede ser el camino, prosiguió.
Hasta ahora el Mercosur no ha podido convertirse en un instrumento de acceso a los grandes mercados externos. No hemos podido, a veces por la posición de terceros, a veces por nuestras propias decisiones, alcanzar acuerdos preferenciales con países o bloques que hoy forman parte de los flujos comerciales más dinámicos a nivel global, señaló la ministra argentina.
”Entendemos que son las ideas de libertad las que deben ser nuestra hoja de ruta para dejar de ser un Mercosur pequeño, protegido, temeroso, una hoja de ruta para lograr, parafraseando a nuestro próximo Presidente Pro Tempore, mi querido (Luis) Lacalle Pou, un Mercosur más flexible y moderno”, concluyó al traspasar Paraguay la presidencia rotativa del bloque a Uruguay.