En un movimiento sorprendente tras las elecciones internas, Álvaro Delgado, del gobernante Partido Nacional de centro-derecha, anunció a Valeria Ripoll como su candidata a la vicepresidencia. Se espera que Ripoll, que cuenta con un notable historial de activismo sindical y una pasada afiliación al Partido Comunista Uruguayo (PCU), atraiga votos de fuera de la base tradicional del partido. La elección de Delgado no ha tenido una acogida universal en el partido, lo que ha provocado el descontento de los partidarios de otros precandidatos. No obstante, el equipo de Delgado cree que la inclusión de Ripoll aumentará el atractivo de la candidatura y reforzará los esfuerzos de divulgación del partido.
La trayectoria de Ripoll hasta llegar a esta candidatura es intrigante. Comenzó su carrera en el Planetario Municipal en 2007 tras ganar un concurso de la Intendencia de Montevideo. Su activismo sindical se afianzó durante su estancia allí, afiliándose a la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (ADEOM). Posteriormente trabajó en el Jardín Botánico de Montevideo, continuando con sus actividades sindicales. En 2010, se aventuró en la militancia política al afiliarse al PCU.
Sin embargo, su afiliación al PCU no fue permanente. Ripoll acabó distanciándose del Partido Comunista y de la política partidista, una decisión que le acarreó repercusiones personales, incluido el vandalismo en su residencia privada. En 2014, se había trasladado a la Unidad de la Orquesta Filarmónica como inspectora, continuando con su trabajo profesional y sindical, pero alejándose de la participación política directa.
La elección de Ripoll como compañera de fórmula por parte de Delgado subraya un esfuerzo estratégico por ampliar el atractivo del Partido Nacional. La diversidad de su formación y sus antiguos vínculos con el izquierdista PCU se consideran ventajas para atraer a una base de votantes más amplia. Delgado también reveló que el Presidente Luis Lacalle Pou se uniría al equipo integrando sus listas al Senado, subrayando un compromiso de continuidad y aprovechando la influencia de Lacalle Pou para solidificar la posición del partido.
En su discurso, Delgado destacó la importancia del desarrollo, la creación de empleo y el mantenimiento de la descentralización y la libertad. Pidió revitalizar la coalición de gobierno y unificar el partido para garantizar una estrategia de campaña cohesionada y eficaz de cara a las elecciones de octubre. El Partido Nacional va a cambiar de paradigma, declaró Delgado, destacando un cambio hacia un enfoque más integrador y progresista. La elección de Ripoll es un paso significativo en esa dirección, ya que simboliza la superación de las divisiones políticas y una nueva perspectiva dentro del partido.