El suministro de Gas Natural Comprimido (GNC) a gasolineras de todo el país en Argentina fue suspendido durante casi un día el miércoles luego de que las autoridades priorizaran el uso del fluido para calefacción en medio de temperaturas inferiores al promedio de mayo, se informó en Buenos Aires. La situación volvió a la normalidad después de que la brasileña Petrobras comenzara a descargar gas de un barco. Los recortes afectaron tanto a los conductores como a las industrias.
Según la Secretaría de Energía, la medida surgió de dos hechos independientes y simultáneos: Además de problemas técnicos en dos plantas de gas en las provincias de San Luis y Córdoba, hubo un revés administrativo en el pago a Petrobras por 44 millones de metros cúbicos de Gas Natural Licuado (GNL).
Los inconvenientes con las plantas de gas generaron una reducción en el transporte de 3 millones de metros cúbicos diarios de gas natural en la ruta de entrega en zonas del Litoral y el Gran Buenos Aires, señaló también el organismo.
Respecto a Petrobras, el problema fue solucionado y el buque ya se encuentra operando y descargando GNL desde primeras horas de la mañana, para ser regasificado e inyectado al sistema de transporte.
El barco de la empresa brasileña Petrobras llegó al país y se encuentra descargando el material para reponer el suministro de energía. Se estima que el servicio volverá a funcionar con normalidad a última hora de esta noche, dijo el portavoz presidencial Manuel Adorni.
A principios de esta semana, se temía que la escasez de gas duraría mucho más después de que el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, insistiera en que el problema no era responsabilidad de este gobierno.
En el Gobierno anterior se negoció una reducción de las importaciones de gas sólo para el invierno de este año. Para solucionar esta situación, acordamos con la brasileña Petrobras una asistencia para agosto y septiembre, y así cubrir esa reducción de volúmenes de gas, explicó el funcionario en X.
Rodríguez Chirillo señaló que su país tenía una deuda con Bolivia por 244 millones de dólares por compras de gas, por la que se cobraron intereses por 21,8 millones de dólares a todos los argentinos.