El Partido Nacional uruguayo, también conocido como Los Blancos, aceptó en la noche del lunes dimisión de Pablo Iturralde como Presidente de la Junta Directiva y nombró en su lugar a Macarena Rubio, cuando aún humean en Montevideo las cenizas del escándalo protagonizado por la fuerza del Presidente Luis Lacalle Pou.
Iturralde se vio obligado a dimitir tras la revelación de una conversación privada y personal que mantuvo con el ex senador Gustavo Penadés, que lleva más de seis meses en prisión preventiva en el penal de Florida tras ser imputado por once delitos de retribución a la explotación sexual de menores, cuatro delitos de abuso sexual agravado por un delito de violación, corrupción de menores y atentado violento al pudor.
En estas charlas, Iturralde mencionó su amistad con la fiscal Alicia Ghione, asignada recientemente al caso. El líder partidario negó estar invoolucrado en esa designación, aunque admitió haber hablado del tema con Ghione, su antigua compañera de universidad.
Se cree que el incidente ha hecho mella de algún modo en la candidatura presidencial del ex secretario de la Presidencia Álvaro Delgado en representación de la coalición gobernante Multicolor.
En este escenario, la Comisión de Asuntos Políticos del Partido Nacional deberá citar a Iturralde para que responda por los hechos que llevaron a su renuncia.
En su discurso de aceptación, Rubio se comprometió a dar lo mejor de sí para estar a la altura de la responsabilidad y el honor que le fueron confiados. También destacó los desafíos que se avecinan en las elecciones internas partidarias, que pueden determinar el futuro de Uruguay, e insistió en que el Partido Nacional sigue siendo la mejor herramienta para el país. Rubio también se describió como una abogada con una importante experiencia en la administración pública.
El presidente del opositor Frente Amplio, Fernando Pereira, instó al Partido Nacional a pedir disculpas al país por este episodio, que -recalcó- no era nuevo durante la presidencia de Lacalle Pou. Pereira subrayó también la mancha infligida a la reputación de Ghione.
Rubio sostuvo que las acciones de Iturralde fueron desafortunadas, pero insistió en que no afectaron la institucionalidad del PN.
Todos sabemos que ha sido una opinión personal y privada del ex presidente partiidario, argumentó Rubio. Pero era personal y privada, prosiguió. Ni los gobiernos ni las instituciones que están formadas por personas desconocen que algunos podemos cometer errores, abundó. Lo importante es cómo lo gestionamos y cómo actuamos ante los errores.