Un grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reclamó este domingo a la administración del presidente Gustavo Petro que restablezca el alto el fuego en todo el país o, de lo contrario, atacará instalaciones del Ejército. El Estado Mayor Central (EMC) rebelde también pidió a los civiles que se mantuvieran alejados de militares y policías.
La medida tuvo lugar pocos días después de que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidiera la adopción de acuerdos especiales en el marco de las negociaciones con los grupos armados.
La facción rebelde también denunció continuos ataques a pesar de la declaración del cese de hostilidades y prometió tomar represalias. Con profundo dolor patriótico, debemos informar al pueblo de Colombia que, dadas las actuales condiciones en las que el Gobierno ha priorizado las acciones militares frente al diálogo civilizado, decía un comunicado de la guerrilla en X. Las Fuerzas Armadas colombianas lanzaron numerosos ataques el año pasado y la guerrilla asegura que sólo ha respondido.
”Por parte del Gobierno, debería poner fin a los ataques, [y] no dar la oportunidad a los enemigos de la paz y de su Gobierno de agravar la guerra. Pero contra toda lógica, no sólo han continuado los ataques generalizados (...), sino que ordena operaciones contra la zona del Bloque Occidental Jacobo Arenas y el Bloque Central Isaías Pardo y otras unidades a nivel nacional, prosiguió el manifiesto.
El EMC también instó a la población a mantenerse alejada de patrullas militares, batallones, estaciones de policía o cualquier otra unidad armada del Gobierno y a no dormir en estos lugares, no subir a transportes militares (...), no estar a menos de 500 metros de estas instalaciones, no transitar por campamentos guerrilleros abandonados.
Los rebeldes también llamaron a policías y militares a desobedecer las órdenes de atacar a los disidentes y a unirse contra la oligarquía que no permite los cambios que el país necesita.
Le decimos al pueblo colombiano que entienda que hemos puesto nuestros esfuerzos para construir la paz con justicia social. Hemos hecho esfuerzos por construir un diálogo civilizado con el Gobierno, pero la agresión militar cierra las puertas... A Petro le decimos que sólo con el silencio de las armas no podemos escuchar y para ello es necesario restablecer el cese al fuego bilateral y nacional, insistió la guerrilla.
Según el CICR, miles de civiles desaparecieron, fueron desplazados, sufrieron violencia sexual o resultaron heridos por armas explosivas o confinados en sus hogares debido a los riesgos del fuego cruzado, las minas antipersona y las amenazas de los grupos armados como consecuencia de los ocho conflictos armados en curso en Colombia el año pasado.
A pesar de los esfuerzos en curso para encontrar un final negociado a los conflictos armados, la situación humanitaria en Colombia sigue siendo preocupante. El año pasado, las disputas territoriales entre los actores armados se intensificaron, lo que cambió la situación en varias partes del país y creó nuevos retos humanitarios, dijo también el CICR en un comunicado.
El Estado colombiano y los grupos armados deben situar las preocupaciones humanitarias en el centro de sus conversaciones de paz. Durante estas negociaciones podrían alcanzarse acuerdos especiales que ayudarían a aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por estos conflictos armados y reforzarían las obligaciones que las partes en los conflictos tienen en virtud del derecho internacional humanitario (DIH). Estas obligaciones deben cumplirse tanto si se celebran conversaciones de paz como si no”, señaló Lorenzo Caraffi, jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia.