Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Emmanuel Macron lanzaron este martes en Belém un programa de bioeconomía de 1.000 millones de euros de inversión para la Amazonia Legal brasileña, así como para la parte de la Amazonia en la Guayana Francesa, para recaudar fondos a través de inversiones públicas y privadas en los próximos cuatro años, informó la Agencia Brasil.
Vamos a acabar [con la deforestación en 2030] para demostrar al mundo que vamos a preservar nuestra Amazonia y queremos convencer al mundo de que el mundo que ya deforestó tiene que contribuir, de forma muy importante, para que los países que aún tienen bosques los mantengan en pie, dijo Lula al lanzar la nueva fase del Plan de Acción sobre Bioeconomía y Protección de los Bosques Tropicales firmado por ambos países.
Me complace ver hoy que el Presidente Lula en el Gobierno federal está protegiendo la Amazonia. El desarrollo del futuro de los pueblos indígenas y de la biodiversidad no es sólo una cuestión de resistencia, es una causa defendida por el propio Gobierno federal, subrayó Macron.
Según un comunicado de prensa conjunto, los cinco puntos impulsores del programa son:
a) Diálogo entre las administraciones francesa y brasileña sobre los desafíos de la bioeconomía;
b) La asociación técnica y financiera entre los bancos públicos brasileños, entre ellos el Banco da Amazônia (Basa) y el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), y la Agencia Francesa de Desarrollo, presente en Brasil y en la Guayana Francesa;
c) El nombramiento de coordinadores especiales para las empresas francesas y brasileñas más innovadoras en el campo de la bioeconomía;
d) Un nuevo acuerdo científico entre Francia y Brasil, operado por el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (Cirad) y la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), que permitirá desarrollar nuevos proyectos de investigación sobre sectores sostenibles, incluso en la Guayana Francesa; y
e) La creación de un núcleo de investigación, inversión e intercambio de tecnologías clave para la bioeconomía, con especial atención a la formación de redes de universidades francesas y brasileñas que puedan contribuir a estos temas. Este núcleo debería fortalecer el Centro Franco-Brasileño para la Biodiversidad Amazónica (CFBBA).
En la ciudad de Belém, además del plan sobre la bioeconomía y la protección de los bosques tropicales, los dos jefes de Estado firmaron otro documento relacionado con el medio ambiente: El Llamamiento Brasil-Francia a la Ambición Climática de París a Belém y más allá.
[Todos] estamos aquí para sellar este compromiso que va más allá de las generaciones. Jóvenes, mujeres, ancianos, juntos podremos garantizar el futuro para las próximas generaciones, explicó la ministra brasileña de Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara.
Los dos líderes también lanzaron una coalición para combatir el lavado verde en el mercado voluntario de carbono, que se produce cuando las marcas crean una falsa apariencia de sostenibilidad sin ponerla necesariamente en práctica. Francia y Brasil también pretenden finalizar las negociaciones sobre el artículo 6 del Acuerdo de París para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) de 2024 en Bakú, Azerbaiyán, para establecer un mercado de carbono regulado, eficiente y transparente.
Macron llegó el martes a Belém, en el estado de Pará, en lo que se convirtió en su primer viaje oficial a Brasil, donde permanecerá hasta el jueves. Junto a Lula, tiene previsto ir a Itaguaí, en el estado de Río de Janeiro, así como a São Paulo y Brasilia.
Una visita de tres días es poco común para un jefe de Estado. Es una indicación de la importancia de la relación Brasil-Francia, del intercambio [entre ambos países], del profundo interés en diversos sectores, explicó la embajadora Maria Luísa Escorel, secretaria de Itamaraty para Europa y América del Norte.
La visita de Macron también incluirá un recorrido por las instalaciones de la Marina brasileña, ya que el país sudamericano tiene la intención de comprar cinco submarinos de fabricación francesa en los próximos años. Se espera asimismo que Lula y Macron estudien una posible asociación para producir helicópteros militares y energía nuclear para uso civil.
El líder francés tiene previsto asistir además a varios foros empresariales, especialmente en São Paulo, donde Lula no estará presente, pero sí el vicepresidente Geraldo Alckmin.
En 2023, los dos países registraron un flujo comercial de 8.400 millones de dólares, con 2.900 millones en exportaciones y 5.500 millones en importaciones.
Las exportaciones brasileñas a Francia incluyen productos como harina de soja, aceites crudos, petróleo, celulosa y mineral de hierro. Los principales productos importados por Brasil son motores, maquinaria, aeronaves y productos manufacturados. Según el Banco Central de Brasil (BCB), Francia es el tercer inversor en Brasil. Unas 860 empresas francesas operan en el país, creando 500.000 puestos de trabajo.
En cuanto al Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur, al que Macron se ha opuesto una y otra vez, Escorel explicó que esta visita no trata de eso.
Las negociaciones se han interrumpido debido a las elecciones al Parlamento Europeo. La atención se centra en la relación bilateral estratégica entre estos dos países. El foco está en las convergencias, no en las divergencias, añadió.
(Fuente: Agencia Brasil)