Mientras las tropas federales se despliegan para hacer frente al narcotráfico en la ciudad de Rosario, las autoridades de otras partes de la provincia de Santa Fe y sus territorios vecinos temen ahora que las bandas emigren en busca de otros lugares menos desafiantes para mantener su negocio ilegal.
Los capos de la droga parecen sentirse a gusto en Córdoba, donde la familia del prófugo ecuatoriano Fito Macías fue localizada no hace mucho y deportada de una exclusiva casa en un club de campo cerca de Villa Carlos Paz.
El ministro de Seguridad de Entre Ríos y ex jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, advirtió que cuando la luz del Estado se enfoca en el narcocrimen, es común que los actores elijan otros territorios donde seguir operando porque no van a ser buenos chicos.
Si no se los detiene, se trasladan a otro territorio como Córdoba, el norte de Santa Fe, o Entre Ríos, agregó. Roncaglia también señaló que el gobierno entrerriano está atento y ocupado. En una entrevista con Infobae, destacó que el tema es aunar esfuerzos y estar atentos.
Los operativos de las fuerzas de seguridad se han reforzado a lo largo de la Rosario-Victoria y también en el cruce Paraná-Santa Fe por el túnel subfluvial.
La ministra de Seguridad federal, Patricia Bullrich, estuvo este lunes en Córdoba para supervisar los recaudos que se toman allí en caso de que las bandas narco elijan ese destino. Venimos a poner en marcha mecanismos que nos permitan mejorar la seguridad en Córdoba. Trabajando sobre el narcotráfico, las rutas, los controles, [y] las investigaciones...
Trabajamos con firmeza, con convicción y cuidando a quienes nos cuidan, agregó. A su juicio, pasamos de bandas de narcotraficantes a bandas narcoterroristas y, por lo tanto, había que prevenir en Córdoba lo que ocurrió en Rosario.
En este escenario, los gobernadores Martín Llaryora, de Córdoba, y Maximiliano Pullaro, de Santa Fe, vienen trabajando codo a codo. La Policía Antinarcotráfico (FPA) de Córdoba fue desplegada en el límite interprovincial.