El abastecimiento de combustible en Argentina vuelve lentamente a la normalidad al admitirse en una mesa de negociación un aumento del precio en los surtidores, se informó en Buenos Aires. Tras la escasez registrada durante todo el fin de semana, el Gobierno aceptó un aumento en el precio de la gasolina.
Las acciones implementadas en los últimos días ya comenzaron a dar resultados y las estaciones de servicio de todo el país confirman que aumentaron los volúmenes de combustible que están recibiendo, dijeron a través de un comunicado las principales refinerías YPF, Trafigura (Puma), Raizen (Shell) y Axion, al poner en marcha el plan presentado por las petroleras.
Tras estabilizar el suministro, autoridades y petroleras negociaban la suba de precios, que oscilaría entre el 5% y el 10%, según medios locales. Los carburantes subieron un 60% anual, mientras que la inflación supera el 120%.
Quieren forzar un aumento del 40% y no lo voy a permitir, dijo el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, tras una reunión con líderes de la UIA (Unión Industrial Argentina).
También acusó a las petroleras de especular con la oferta para forzar un aumento cuando el congelamiento de precios acordado en agosto está llegando a su fin.
El miércoles se celebrará una nueva reunión para decidir qué hacer a partir de noviembre.
De repente aparecieron los camiones. Aunque intenten con alguna maniobra especulativa forzar un aumento del 40% en el combustible, yo, como ministro, no lo voy a permitir, dijo Massa a la prensa.
Si con esta maniobra especulativa pretenden aumentar el volumen de las exportaciones porque tienen un tipo de cambio preferencial, voy a elegir entre 5 petroleras y 45 millones de argentinos, voy a elegir los 45 millones, insistió.