El ministro argentino de Economía, Sergio Massa, afirmó tras ganar las elecciones presidenciales del domingo que la grieta ha terminado y que una nueva etapa comienza el 10 de diciembre, para lo que deberá derrotar al diputado liberal Javier Milei en la segunda vuelta del 19 de noviembre.
En ese sentido, Massa convocó a quienes votaron por [la diputada de izquierda] Myriam [Bregman] y [el gobernador cordobés] Juan [Schiaretti], porque con él comenzará un gobierno de unidad nacional.
La Argentina que viene es la Argentina del abrazo, del campo y la industria, del interior y la ciudad, del desarrollo del ferrocarril, de empresarios y trabajadores sentados en la misma mesa, construyendo la suma de capital y trabajo, prometió Massa.
Quiero convocarlos a tener la capacidad de terminar con la idea de destruir al otro, con la idea de amigo y enemigo, subrayó también.
Sé que muchos de los que nos votaron son los que más están sufriendo: no los voy a abandonar. Deben saber que, como Presidente desde el 10 de diciembre, no les voy a fallar. Esta noche también quiero hablarles a los argentinos que fueron a votar pero dejaron su voto en blanco. Quiero hablarles a esos argentinos que, tal vez por desesperación o por bronca, se quedaron en su casa, continuó.
El ministro también se dirigió a esos miles y miles de radicales que, en toda la Argentina, comparten con nosotros valores democráticos como la educación pública, la independencia de los poderes, la construcción de valores institucionales que la Argentina se merece.
La histórica Unión Cívica Radical (UCR) de los ex presidentes Hipólito Irigoyen y Raúl Alfonsín ha perdido fuerza desde el derrumbe de 1989 y se ha unido a otras coaliciones para mantenerse en la contienda. Formó parte de la llamada Alianza que llevó a Fernando de la Rúa a la Casa Rosada en 1999 y de Cambiemos/Juntos por el Cambio que llevó a Mauricio Macri a la presidencia en 2015.
Sin embargo, algunos radicales, como el hijo de Alfonsín, Ricardo (actual embajador en España) y Leopoldo Moreau (padre de la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau), han cambiado de bando y se han sumado abiertamente al kirchnerismo.
En este escenario, Massa insistió en la necesidad de tener una Argentina en paz, con orden; una Argentina basada en la construcción de valores democráticos, el respeto a las instituciones, sin incertidumbre y con certezas, y prometió hacer lo mejor en los próximos 30 días para ganarme la confianza de quienes el domingo votaron a otros candidatos.
Para ello, se apoyó en su compromiso de construir una patria en la que sin duda tendremos la capacidad de que nuestros hijos elijan ir a la escuela con una computadora en la mochila y no con un arma, en obvia referencia a los planes de Milei de abolir todas las restricciones a la tenencia de armas.
También estoy convencido de que este no es un país de mierda, como dicen, es un país que entre todos lo vamos a poner en el lugar que se merece, prosiguió Massa. Es el país al que llegaron mis padres hace muchos años, escapando de la guerra, explicó también al tiempo que reconoció que no le iban a dar un cheque en blanco.