El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra bien tras someterse a una operación programada de cadera. Su recuperación durará entre tres y cuatro semanas. El mandatario, que cumplirá 78 añños el mes entrante, aprovechó la ocasión para someterse a una cirugía plástica en los párpados, un procedimiento conocido como blefaroplastia.
El doctor Roberto Kalil Filho, que dirige el equipo médico de Lula, dijo que la cirugía se desarrolló según lo previsto y que el Jefe de Estado ya estaba despierto y hablando, y se siente bien. El Presidente fue operado por un equipo de veinte profesionales formado por médicos de su confianza, que llegaron a Brasilia el jueves desde Sao Paulo para preparar la operación, y en el que figuraban el cirujano jefe Giancarlo Polesello, y la médica de la Presidencia Ana Helena Germoglio, entre otros.
La operación se realizó para implantar una prótesis de cadera que corrija los problemas en la cabeza del fémur causados por la artrosis, que le provocaban dolores permanentes. Polesello explicó que se colocó una prótesis de porcelana en lugar de la cabeza femoral corroída por la artrosis.
Era la tercera operación de cadera de Lula. Las dos primeras, en julio, fueron procedimientos no invasivos para aliviar el dolor crónico.
Fue una cirugía programada que ocurrió dentro de la normalidad, con anestesia general, como es normal en este tipo de operación. Lula ya está hablando en la unidad de cuidados intensivos y esta noche estará en una habitación normal, dijo Kalil Filho a la prensa en el Hospital Sirio Libanés de Brasilia.
Lula permanecerá hospitalizado al menos hasta el lunes o el martes, tras lo cual seguirá recuperándose en la residencia oficial del Palacio de la Alvorada.
Los médicos que lo atienden también dijeron que intentarán que Lula se recupere lo más rápido posible, aunque necesitará un bastón durante algunos días. Lula se quejaba de dolores debidos a una artrosis en la cabeza del fémur derecho desde mediados de 2022. Más tarde admitiría que no quería operarse después de las elecciones de octubre para no transmitir la idea de fragilidad antes de asumir el cargo el 1 de enero.
Según la Presidencia de Brasil, el proceso de recuperación durará entre tres y cuatro semanas, periodo en el que el presidente podrá trabajar normalmente y no necesitará ceder el timón del país al vicepresidente, Geraldo Alckmin. Sin embargo, tendrá algunas restricciones de movilidad mientras esté en reposo, periodo en el que será asistido por sus médicos.
Lula dijo la semana pasada que había pospuesto la operación debido a varios compromisos internacionales que no quería perderse, pero que había llegado a un punto en el que necesitaba poner fin al dolor. Lula retomará su agenda internacional con un viaje a principios de noviembre a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28) en los Emiratos Árabes Unidos.