MercoPress. South Atlantic News Agency
Rebeldes mapuches detenidos en el sur de Chile
El RML comenzó su actividad delictiva en abril de 2020 Las autoridades chilenas de la región del Biobío anunciaron el jueves la detención de al menos 11 líderes de la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), grupo radical detrás de numerosos ataques en el sur del país a raíz de la disputa territorial entre el Estado, grupos indígenas y empresas forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por los indígenas.
La Policía de Investigaciones (PDI), con el apoyo de la Armada, allanó una decena de viviendas en las comunas de Curanilahue y Cañete, ambas en la región del Biobío, a más de 520 kilómetros al sur de Santiago, hasta lograr las detenciones del jueves.
“La detención de miembros de la Resistencia Mapuche Lafkenche es un gran logro, fruto del trabajo conjunto entre la Fiscalía y las policías, que como Gobierno estamos impulsando y apoyando con recursos y coordinación. Seguiremos trabajando en esta línea”, dijo la ministra del Interior, Carolina Tohá, en X (ex Twitter).
Entre los aprehendidos habría un funcionario en retiro de Carabineros y otro aún en servicio activo.
“Esta es una investigación que tiene un par de años, se inicia en 2021 y está vinculada al robo de madera”, explicó Ignacio Castillo Val, director de la Unidad Especializada de Crimen Organizado de la Fiscalía Nacional, en una entrevista radial.
El pueblo mapuche, el mayor grupo indígena de Chile, reclama los territorios que habitó durante siglos antes de que fueran ocupados por la fuerza por el Estado chileno a finales del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la “Pacificación de la Araucanía” y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales. En este contexto, son frecuentes los incendios de maquinaria y tierras, los cortes de carretera y el robo de madera, así como los tiroteos.
Desde mediados de 2022, la zona se encuentra bajo un estado de excepción constitucional ratificado por el Congreso, que permite el despliegue de militares en la zona para asistir a Carabineros en el control del orden público, incluyendo la vigilancia de las principales carreteras y caminos aledaños.
El último ataque registrado fue el miércoles en la región de La Araucanía, donde un grupo destruyó dos camiones y cinco máquinas forestales en la zona de Toltén.
Según el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, entre 2022 y 2023 se han registrado cerca de 300 condenas vinculadas a hechos de violencia en el sur del país relacionados con el conflicto territorial. “No hay impunidad, hay eficacia penal y por lo tanto la presentación de denuncias no es un acto simbólico. Busca procedimientos, pero también tiene resultados porque tenemos condenas y personas detenidas”, subrayó.
Seis de los detenidos el jueves fueron puestos en prisión preventiva, mientras que los otros cinco quedaron bajo arresto domiciliario, se informó.
El RML afirma, en algunas de sus publicaciones y mensajes posteriores a los atentados, que sus acciones responden a causas pro mapuches. Sin embargo, distintas versiones indican que el grupo utiliza la lucha del pueblo mapuche para llevar a cabo delitos comunes, como el robo y el tráfico.
El RML comenzó su actividad delictiva en abril de 2020, cuando intentaron demoler el puente Lleu Lleu, en Tirúa. El puente no resultó dañado, pero sí un generador eléctrico cercano. Desde entonces han realizado varios ataques incendiarios y enfrentamientos con la policía en las regiones del Bío Bío y La Araucanía.
Tras el primer ataque, el RML comunicó que “reivindicamos la acción armada realizada este lunes 13 de abril en el sector Lleu Lleu contra carabineros al servicio de empresas forestales usurpadoras de nuestro territorio ancestral”. La publicación iba acompañada de una fotografía de un grupo de al menos 70 personas, fuertemente armadas y varias de ellas con ropa de camuflaje militar.
Según informes, el RML es un grupo dedicado a cometer delitos comunes que se ha ido intensificando a lo largo de los años y especializado en el robo de madera. Estaría integrado por distintos grupos que operan en las regiones del Bío Bío y la Araucanía, particularmente en comunas como Cañete, Tirúa, Contulmo, Los Álamos y Curanilahue, además de Purén y Cautín.
Aunque el RML suele emitir comunicados con mensajes pro mapuches después de cada crimen, sus miembros no formarían parte de comunidades mapuches establecidas. Más bien, serían delincuentes con antecedentes en asaltos, robo de vehículos y madera, daños, amenazas, tráfico de drogas, microtráfico y cultivo de sustancias ilegales. La organización no tendría una estructura formal, lo que provoca una rotación constante de miembros y líderes. Los numerosos atentados -en su mayoría incendiarios- tendrían por fin disimular su verdadera naturaleza.
