Según un estudio divulgado el viernes por MapBiomas, un sitio web que reúne datos e informaciones sobre los biomas brasileños, desde el suelo hasta la Amazonia, pasando por la minería, el fuego y el agua, la minería ilegal en Brasil creció en 35.000 hectáreas en 2022 en comparación con el año anterior, informó la Agencia Brasil.
El estudio mostró que este crecimiento ocurrió principalmente en la Amazonia, que en 2022 concentraba casi toda (92%) el área minada en Brasil. Casi la mitad (40,7%) del área explotada en este bioma fue abierta en los últimos cinco años. El principal interés de los buscadores es el oro, con el 85,4% de las 263.000 hectáreas explotadas para este mineral.
El estudio también reveló la concentración de la minería en áreas protegidas y restringidas a la actividad, como los Parques Nacionales Jamanxin, Rio Novo y Amazônia, en Pará; la Estación Ecológica Juami Jupurá, en Amazonas, y la Tierra Indígena Yanomami (TI Yanomami), en Roraima. Según MapBiomas, las tres primeras zonas se explotan desde hace más de 20 años, pero las imágenes de satélite muestran un aumento en los últimos 10 años. El área de minas en Esec Juami Jupurá tiene menos de cinco años y la Tierra Indígena Yanomami ha aumentado en los últimos 10 años.
El tamaño de estas minas destaca en los mapas y es fácilmente identificable incluso por los profanos. Es sorprendente que sigan existiendo año tras año. Su existencia y crecimiento es una prueba del apoyo económico y político a la actividad, sin el cual no sobrevivirían, ya que se encuentran en zonas donde la minería está prohibida, afirma el coordinador técnico de cartografía minera de MapBiomas, César Diniz.
Según MapBiomas, el crecimiento de la minería en áreas protegidas en 2022 fue 190% mayor que hace cinco años, con un aumento de 50.000 hectáreas. Ese año, más de 25 mil hectáreas en Tierras Indígenas y 78 mil hectáreas en Unidades de Conservación fueron ocupadas por la actividad. En 2018, fueron 9.500 y 44.700 hectáreas. En 2022, 39% del área minada en Brasil estaba dentro de Tierras Indígenas o Unidades de Conservación.
En las Tierras Indígenas, 15.700 hectáreas fueron ocupadas por prospectores en 2022, lo que representa un aumento del 265%. El mapeo muestra que el 62,3% del área minada en Tierras Indígenas fue abierta en los últimos cinco años. Las Tierras Indígenas más invadidas por la minería son la Kayapó (13.700 hectáreas), Munduruku (5.500 hectáreas), Yanomami (3.300 hectáreas), Tenharim do Igarapé Preto (1.000 hectáreas) y Sai-Cinza (377 hectáreas).
En las Unidades de Conservación, el 43% del área talada se abrió en los últimos cinco años. Según MapBiomas, las más invadidas son el APA Tapajós (51.600 hectáreas), la Flona Amaná (7.900 hectáreas), Esec Juami Jupurá (2.600 hectáreas), Flona do Crepori (2.300 hectáreas) y Parna do Rio Novo (2.300 hectáreas).
”Una de las consecuencias de la minería es el encenagamiento de los ríos y la contaminación de sus aguas. Las imágenes de satélite muestran que las cuencas más afectadas por la actividad minera son las del Tapajós, Teles Pires, Jamanxim, Xingu y Amazonas. Estas cinco cuencas representan el 66% del área minada en el país, siendo la del Tapajós el 20% (54,8 mil hectáreas) y la de Teles Pires el 18% (48,1 mil hectáreas)”, subraya el documento de MapBiomas.
Según los datos del mapeo, no hubo crecimiento de la minería industrial, que en 2022 ocupó las mismas 180 mil hectáreas registradas en 2021. El año pasado, esta área correspondía al 40% del total explotado por la actividad en Brasil (443 mil hectáreas).
Los estados con las mayores áreas ocupadas por la actividad industrial, con 76% del área (339 mil hectáreas), son Pará, Mato Grosso y Minas Gerais. El municipio con mayor área minada de Brasil es Itaituba, en Pará, con 71.000 hectáreas, el 16% del área minada del país. Le siguen Jacareacanga (PA) y Peixoto de Azevedo (MT), con 20.000 y 13.000 hectáreas.
(Fuente: Agencia Brasil)